Consultas

Ursula von der Leyen sigue, con paciencia más maternal que germana, aguantando las malas artes y el pulso grosero de Boris Johnson . El inglés se comporta como los «europeronistas» de la península, ni palabra, ni recto, ni de frente. Lo malo es que, como en las semanas previas al corralito argentino, los británicos están reventando las despensas. La idea de la escasez, como en la guerra, cala en los de arriba y en los de abajo. La presidenta de la Comisión tiene conocimiento, olfato político, intuición femenina y garantiza que la marcha atrás no está sobre su mesa de negociación… y consulta. «A cualquier precio, no», le ha hecho saber. Uno de los dos (o los dos) tendrá regalo de reyes en enero.

Martha Bárcenas , embajadora de México en Estados Unidos, anda ya con medio cuerpo fuera de Washington. En su último tramo de destino ha vuelto a insistir a López Obrador para que se anime a reconocer la presidencia – ya oficial- de Biden. AMLO, parece que necesita más tiempo para consultar y decidir.

En esa moda de la consulta, está también Perú. Visto el ejemplo de Chile , el Frente Amplio , los de la idea plurinacional de los españolitos de morado, están dando la matraca con un referéndum para redactar otra Constitución. Los otros, no tragan. Su vecina Bolivia, la primera en hacer una Carta Magna indigenista, que no tiene ni pies en la tierra ni cabeza sobre los hombros, ha dicho que prefiere quedarse como está, aunque la oposición insista en algo más. Los que tienen y no quieren perder el poder han aprendido que consultas, solo valen las del médico y, como todos sabemos, con resultados inciertos.