Al menos 34 muertos en tres atentados contra iglesias en el norte de Nigeria
Solo en lo que va de año, la milicia islamista Boko Haram se ha cobrado la vida de cerca de 500 personas
EDUARDO S. MOLANO
Sin credo ni religión, el terror nigeriano continúa fiel a su cita semanal. Este domingo, al menos 34 personas fallecieron y cerca de 80 resultaron heridas en tres atentados simultáneos contra iglesias cristianas ocurridos al norte de Nigeria, según confirmó la Cruz Roja del país ... africano.
Como destaca Andronicus Adeyemo, portavoz de la organización, en el primero de los ataques – realizado por un terrorista suicida en la ciudad de Kaduna (capital del Estado del mismo nombre)- una decena de feligreses perdían la vida, mientras que otras dos bombas -en la localidad vecina de Zaria y tan solo diez minutos después de producirse la primera acción armada- provocaba la muerte de dos parroquianos.
Un Estado -Kaduna- ciertamente acostumbrado (a su pesar) a las agresiones contra intereses cristianos. Ya el pasado domingo de Resurrección al menos 38 personas perdían la vida y decenas resultaban heridas en otro atentado perpetrado durante un oficio religioso.
En aquella ocasión, el suceso tuvo lugar cerca de las once de la mañana, cuando un coche bomba hizo explosión en las cercanías de una de las numerosas iglesias que la organización evangélica “Assemblies of God” mantiene en la ciudad.
Pese a que hasta el momento ningún grupo se ha atribuido la autoría de ninguna de los tres atentados de este domingo, las primeras hipótesis policiales apuntan a Boko Haram , “la educación occidental es pecado” en el dialecto hausa; y también conocido como Al Sunna wal Jamma, o “seguidores de las enseñanzas de Mahoma” en árabe.
Y a nadie pilla por sorpresa. Solo en lo que va de año, la lucha armada de este grupo terrorista se ha cobrado la vida de al menos 500 personas, la mayoría de ellas, al norte del país. Un evidente salto cuantitativo si ponemos estas cifras en relación a 2011, donde la cruzada por la extensión de la sharia (ley islámica) de la guerrilla dejó cerca de 550 víctimas.
Recientemente, el portavoz de Boko Haram reconocía la lealtad espiritual que esta milicia profesa a la red terrorista de Al Qaida (tan solo unos días después de pronunciar estas palabras, Abu Qaqa -seudónimo bajo el que caminan todos los representantes públicos del grupo-, era capturado por las autoridades nigerianas).
Sin embargo, y al margen de (presuntas) nuevas alianzas, la furia de Boko Haram continúa sin entender de credo. Pese a que el imaginario colectivo identifica a estos rebeldes como anticristianos, las muescas de su criminal biografía cuentan con más víctimas musulmanas que de ninguna otra religión. No en vano, a comienzos de enero, el grupo amenazaba de muerte al Sultán de Sokoto, Alhaji Muhammad Sa’ad Abubakar, considerado el líder espiritual del islam en Nigeria. De igual modo, el premio Nobel de literatura Wole Soyinka (declarado humanista seglar) asegura haber recibido numerosas intimidaciones por parte del grupo.
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