Berlusconi araña un pacto de mínimos para calmar a Bruselas
«Il Cavaliere» no concreta los ajustes y el líder de la Liga Norte sólo acepta una reforma parcial de las pensiones
Con la espada a punto de tocar la pared, Silvio Berlusconi volvió ayer a esquivar en el último segundo una segura defunción política al cerrar in extremis con sus socios de Gobierno un acuerdo de mínimos sobre las reformas económicas que Italia presentará ... hoy a la cumbre europea de Bruselas para cumplir con los requerimientos de Berlín y París.
Sin especificar ni un detalle de las medidas, el secretario político del partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad, Angelino Alfano, confirmó ayer que el pacto con su socio de Gobierno, la Liga Norte, se alcanzó con «la decisión de responder» a las exigencias de Europa, superando las divisiones internas en el Ejecutivo. Sin embargo, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aseveró que sigue cerrando la puerta a un ajuste radical en el sistema de pensiones. La ministra de Educación, Mariastella Gelmini, confirmó en una entrevista televisiva que el acuerdo incluye un aumento gradual de la edad de retiro hasta los 67 años, pero Bossi insistió en que las denominadas «pensiones de antigüedad», una suerte de jubilaciones anticipadas para los trabajadores con muchos años cotizados, «no se tocarán».
Fue necesaria una maratoniana jornada de reuniones en la residencia de Berlusconi para desatascar la negociación después de que el Consejo de Ministros del lunes acabara sin el más mínimo atisbo de acercamiento.
En todo caso, Berlusconi llegará hoy a Bruselas con los deberes solo a medio hacer. Según informó el portavoz de «Il Cavaliere», Paolo Bonaiuti, el primer ministro italiano se limitará a presentar en Bruselas una carta «de intenciones» dirigida a las autoridades comunitarias con las reformas que su Gobierno pretende acometer. No habrá ninguna medida en firme, porque no hay tiempo para convocar una nueva reunión ministerial.
Berlusconi toma así aire tras vivir sus horas más dramáticas como primer ministro. «Il Cavaliere» había chocado en las últimas horas contra su socio Bossi, que se negaba a reformar las pensiones por claros motivos electorales. Antes de cerrar el acuerdo, Bossi reiteraba ayer con contundencia sus argumentos: «La gente nos mata si tocamos las pensiones. Podemos negociar, pero a los 67 años no podemos llegar para hacer un favor a los alemanes».
La negativa situaba a Berlusconi al borde de la dimisión. Por primera vez, el propio Bossi reconocía el riesgo real de crisis de gobierno: «La situación es muy peligrosa. El momento es dramático» . Al final, para evitar que Berlusconi llegara a Bruselas con las manos vacías, a Bossi se le ha propuesto un plan menos drástico de reforma de pensiones, con el riesgo de no ser suficiente para las exigencias comunitarias.
«Hemos definido un camino a seguir y ahora habrá que ver qué es lo que dice Europa», aseguraba ayer Bossi. Sin embargo, insistió en su advertencia de que el Gobierno aún corre el riesgo de caer y subrayó que las llamadas «pensiones de antigüedad» no son negociables. «Yo siempre he sido contrario a hacer pagar diez veces a aquellos que ya han pagado», indicó. No parece que el mensaje que se lanza a Bruselas sea precisamente contundente.
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