Bautismo de fuego del plan Obama
El brutal atentado contra la mezquita de Jyber, en la levantisca zona fronteriza de Pakistán con Afganistán, es un aviso nada halagüeño al presidente estadounidense Barack Obama horas antes de que haga público en Washington su nueva estrategia para esa región. Las filtraciones y comentarios ... de los últimos días coincidían en señalar que la Casa Blanca va a centrar toda su fuerza bélica en ganar el pulso al consorcio formado por los talibanes y Al Qaida en "Af-Pak", la compleja región fronteriza entre Afganistán y Pakistán habitada mayoritariamente por la etnia pashtún, y donde se sospecha que sigue oculto Osama bin Laden. El ataque suicida en Jyber es otro aviso de la guerra sin cuartel que los fundamentalistas islámicos piensan librar con Estados Unidos, una vez que Obama comience la escalada militar.
Es también una advertencia al débil gobierno paquistaní de Zardari. Cualquier concesión de Islamabad a Washington será vista por el cártel islamista, que de hecho controla gran parte del territorio de Af-Pak- como una provocación que tendrá su inmediata respuesta terrorista. Zardari, como antes el general Musharraf, ha fracasado en su política de concesiones, y el campo minado que hoy constituye toda la región fronteriza es buena prueba de ello.
El atentado de hoy se produce no lejos de la región del valle del Swat, donde hace semanas el Gobierno de Zardari pactó con los talibanes la retirada del Ejército y la imposición de la Sharía, la ley islámica, a cambio de una tregua. El acuerdo sólo ha servido para fortalecer, desde el punto de vista logístico y psicológico, a los radicales armados, y el atentado suicida de Jyber es la primera gran traca.
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