Así lo ha explicado en rueda de prensa el director general para la Seguridad pública, Konrad Kogle, quien sí ha matizado que se podrían llegar a colocar rollos de alambre de espino en situaciones de emergencia, por ejemplo si cientos de personas tratan de pasar al mismo tiempo los controles fronterizos.
En cualquier caso, Kogle afirmó que siempre se actuará siguiendo el principio de proporcionalidad.
Este cerramiento de casi cuatro kilómetros tardará unos dos meses en estar listo.
La ministra del Interior de Austria, Johanna Mikl-Leitner, informó por su parte de que, por petición de Eslovenia , se ha abandonado de momento el plan de construir una valla de 25 kilómetros en la frontera común.
El Gobierno austríaco ya anunció el pasado día 28 su intención de instalar algunas medidas de protección en la frontera para asegurar la entrada ordenada de refugiados pero sin cerrar la linde.
Lo que en un principio Mikl-Leitner definió eufemísticamente como «medidas de edificación», fue concretado luego en «medidas técnicas» y una valla para asegurar una entrada «controlada y ordenada» de los refugiados.
Los dos socios del Gobierno austríaco, socialdemócratas y democristianos, han estado debatiendo desde entonces el tipo de cierre a instalar.
Con todo, el Gobierno estará preparado para ser capaz de instalar en 48 horas una valla de más longitud en caso de fallen las medidas tomadas por Eslovenia para encauzar el flujo de refugiados y evitar el cruce desorde
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