Uno de los terroristas suicidas que atacó en la sala Bataclan era un parisino de 29 años

La identificación ha podido realizarse a partir de un dedo seccionado, hallado entre los escombros de la sala, según ha informado el fiscal de París, François Molins. El terrorista estaba fichado por las autoridades debido a su radicalismo y estaba metido dentro de una lista de personas «potencialmente peligrosas para la seguridad del Estado» .

Nacido el 21 de noviembre de 1985 en una familia de cuatro hermanos, era un delincuente de poca monta y padre de una niña. Había sido condenado en ocho ocasiones ante los tribunales por pequeños delitos entre 2004 y 2010, pero después llegó su radicalización, lo que provocó que las autoridades lo metieran en una lista de personas a las que vigilar con cautela.

«En 2010 fue objeto de una 'Ficha S' por radicalización , pero nunca había estado implicado en ningún registro de afiliación o asociación de delincuentes en relación con alguna organización terrorista», ha indicado Molins, antes de añadir que jamás había estado en prisión.

La Policía ha podido saber que acudía regularmente a la mezquita en Luce , cerca de Chartres, al suroeste de París, y ahora está investigando si realizó un viaje a Siria el año pasado, donde pudo ser instruido para cometer los atentados del viernes y conocer a los que fueron sus compañeros. Ya han registrado su domicilio en Courcouronnes, en la periferia de París, al igual que el de algunos de sus familiares.

Las autoridades acudieron a última hora de la noche del sábado a la casa de su padre, en Romilly-sur-Seine, y a la de su hermano, en Bondoufle. Ambos fueron detenidos posteriormente y aún permanecen retenidos para ser interrogados, sin ningún tipo de cargos contra ellos.

De hecho, fue el propio hermano el que acudió a la comisaría de Créteil cuando se enteró de que Ismaël Omar tenía algo que ver con los ataques. «Es una locura, una locura. Ayer estuve en París y vi cómo esta mierda se venía abajo», declaraba a AFP antes de hablar con la Policía y ser retenido.

Aseguró que había perdido contacto con su hermano desde hacía algunos años y que seguía metido en pequeños delitos, aunque nunca imaginaba que se podía haber radicalizado tanto como para cometer actos como los del viernes. Lo último que sabía de él era que había viajado a Argelia con su familia , incluyendo a su hija pequeña. Había preguntado a su madre por él en alguna ocasión, pero tampoco sabía nada.