Asesinado a tiros César Valencia, el alcalde de la ciudad más violenta de México, azotada por los narcos
El regidor de Aguililla fue disparado en su coche cuando el gobierno había tomado, supuestamente, el control de esta ciudad sin ley
El alcade asesinado este jueves
César Valencia, alcalde de Aguililla, la localidad más violenta de México , azotada por el narcotráfico, ha muerto al ser alcanzado por los disparos de unos supuestos sicarios cuando se encontraba dentro de su coche. Los hechos ocurrieron este jueves en esta ciudad del ... estado de Michoacán, tras asistir a una reunión de trabajo. Precisamente, el crimen se produce cuando el gobierno, presuntamente, había tomado el control de esta ciudad sin ley
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El gobernador del estado mexicano de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, fue el encargado de comunicar la trágica noticia: el alcalde del municipio de Aguililla, César Arturo Valencia Caballero, perdía la vida, tiroteado en la violenta localidad. Previamente, el presidente municipal (alcalde), perteneciente al Partido Verde, asistió a una junta en el Ayuntamiento con funcionarios del gobierno de Michoacán, aunque las tres balas le alcanzaron cuando circulaba a la altura de un campo de fútbol. Desde julio del año pasado el alcalde trabajaba junto a u na comisión en el Plan de Bienestar Integral , cuyo objetivo es la pacificación de Aguililla.
Cartel Jalisco Nueva Generación
Este lamentable suceso ha ocurrido en una ciudad de apenas 10.000 habitantes que se sitúa en el centro de la guerra del narcotráfico. Diferentes mandos del Ejército y la Guardia Nacional llegaron a tomar esta localida a principios de febrero para intentar apaciguar los enfrentamientos del Cartel Jalisco Nueva Generación con otros grupos organizados. Hasta paracaidistas y fuerzas especiales se unieron a la Guardia Nacional y a la policía de Michoacán para disminuir la violencia. En el dispositivo no se registraron detenciones, se incautaron tres vehículos blindados y 23 artefactos explosivos.
Dieciséis alcaldes, asesinados en seis años
El gobernador de la entidad federativa de Morena -el partido de López Obrador-, ha condenado «enérgicamente» el ataque al alcalde y solicitó investigar «a fondo el suceso». Además, comunicó que no tenía información sobre posibles amenazas hacia el político fallecido.
El encargado del Partido Verde Ecologista de México, Ernesto Núñez Aguilar, se ha unido a las condolencias con un «estamos consternados», pero «pedía de manera muy tajante al Gobierno federal y estatal que encontraran a los responsables del crimen. Si tenemos en cuenta este último ataque, 16 alcaldes han sido asesinados desde el inicio del sexenio presidencial, un 23% más que en la administración anterior del presidente Enrique Peña Nieto. La táctica de «abrazos, no balazos» impuesta por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador , desde su llegada al poder a finales de 2018, no ha logrado disminuir las cruentas estadísticas que se registran en México.
Esta pequeña localidad del estado de Michoacan ha vivido el horror del crimen organizado. Las marcas de balas de distintos calibre permanecen en sus calles
El municipio estuvo diez meses sitiado por las batallas entre el crimen organizado y hasta hace unos meses no se podía transitar por él
Esta pequeña localidad michoacana ha vivido el horror del crimen organizado en sus entrañas como queda patente en las marcas de bala de distintos calibres que recorren sus calles desiertas. El pueblo estuvo sitiado durante diez meses por diferentes batallas entre el crimen organizado y hasta hace unos meses no se podía transitar por él. La situación llegó a tal extremo que el Papa Francisco mandó una misiva a Aguililla con un claro mensaje: « No estáis solos».
En julio del 2021, ante la problemática, la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán envió mil efectivos para reforzar los efectivos de vigilancia y prevención del delito en la conocida como 'tierra caliente', el apelativo con el que se nombra la zona como consecuencia de las altas temperaturas que se registran. El seguimiento se centraba también en vigilar el tramo de carretera que unía Aguililla con Apatzingán, ya que el libre tránsito estaba vetado a los coches particulares ante el asedio de las bandas .