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Argentina libera a los reclamados por Garzón pero reabre algunas causas

La Cámara Federal de Buenos Aires decide reabrir las dos causas más importantes contra la dictadura: la de la Esma y la del Primer Cuerpo de Ejército

Representantes de las Abuelas de la Plaza de Mayo entran en la Corte Federal. Reuters

BUENOS AIRES. La Cámara Federal de Buenos Aires decidió ayer reabrir las dos causas más voluminosas de la dictadura argentina (1976-83) por las que, en una primera etapa, podrían quedar detenidos más de setenta militares. Simultáneamente, el juez Rodolfo Canicoba Corral, dejó en libertad a los ex represores cuya extradición reclama Baltasar Garzón.

A excepción de aquellos que se encuentran bajo arresto domiciliario por el robo de bebés, como los ex generales Jorge Rafael Videla, Díaz Bessone y Reynaldo Benito Bignone, entre otros, el resto de los 39 militares y el único civil detenido cuarenta días atrás, por orden de Interpol, a instancias del juez Garzón, recuperaron la libertad tras declinar el Gobierno español solicitar su extradición. No obstante, buena parte de estos podría volver a prisión al reabrirse las dos megacausas más importantes de la dictadura: la Esma y la conocida como «Suárez Mason».

La investigación sobre los crímenes cometidos en la Escuela Mecánica de la Armada (Esma) y en la jurisdicción del I Cuerpo del Ejército, (Buenos Aires), arrancará en el mismo punto donde quedó archivada tras dictarse las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, durante el Gobierno de Raúl Alfonsín. La anulación, este mes de agosto, de las mencionadas leyes por el Congreso argentino, permitió a los cinco camaristas que integran esta instancia judicial reabrir unos expedientes que se cerraron de oficio.

Recuerdos que duelen

Únicamente la Corte Suprema podría detener el rosario de militares que casi con certeza va a dar con sus huesos entre rejas, si decide que aquellas leyes eran constitucionales y que el Congreso no tiene facultades para invalidarlas.

La megacausa de la Esma, considerado el principal centro clandestino de tortura y desaparición, por el que pasaron unos cinco mil detenidos desaparecidos, tiene entre sus principales protagonistas a algunos de los marinos que reclama el juez Baltasar Garzón. Entre éstos a Alfredo Astiz, Jorge «Tigre» Acosta, Antonio Pernías, Jorge Raúl Vildoza y Francis William Whamond. Todos ellos apelaron a la ley de obediencia debida que eximía de responsabilidad penal a los militares de rangos inferiores.

En los sótanos de la Esma, teóricamente una escuela naval, se organizó un auténtico campo de concentración que incluía salas de aislamiento y tortura así como habitáculos para parturientas cuyos bebés eran entregados a miembros de las Fuerzas Armadas o familias afines. El ex pediente, de 78 cuerpos, quedó congelado cuando la Fiscalía ya había solicitado el procesamiento de buena parte de los imputados.

Un alcalde en activo

En el caso de la causa 450, que entiende sobre los delitos cometidos en la jurisdicción del Primer Cuerpo del Ejército, la mayoría de de los crímenes que se investigaban afectaban a otros centros clandestinos como el de Campo de Mayo, en las afueras de Buenos Aires, donde se repetían prácticas similares a las de la Esma. El ex general y actual intendente (alcalde) electo de la ciudad de Tucumán, Antonio Domingo Bussi, así como Carlos Suárez Mason, Cristino Nicolaides y el fallecido Leopoldo Fortunato Galtieri, todos ellos generales de división, fueron comandantes de este enclave.

En la misma zona actuaron y estaban imputados por los primeros procesos el médico de la Policía, Jorge Vergés (especialista en partos clandestinos), los coroneles Raúl Crespi y Alberto Durán Saénz así como el comisario Miguel Etchecolatz y Raúl Antonio Guglielmetti.

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