Arauz, Lasso y Pérez, favoritos en las elecciones presidenciales de Ecuador de este domingo

Cumple 36 años el 6 de febrero, la víspera de las elecciones en las que participa como candidato a la Presidencia de Ecuador, por el movimiento Unión por la Esperanza (UNES). Los 10 años de la llamada «revolución ciudadana» (2007-2017) le han servido para forjar una amplia experiencia en el sector público. Fue asesor de Política Financiera del Ministerio de Economía, director general del Banco Central del Ecuador, director del Servicio Nacional de Contratación Pública, ministro coordinador de Conocimiento y Talento Humano, y, durante un mes, ministro de Cultura y Patrimonio. Andrés Arauz, graduado en la Universidad de Michigan, es máster en Economía y doctor en Economía Financiera; nace, políticamente, de la mano de Rafael Correa.

En el único debate al que asistió, por ser obligatorio, exhibió un documento de la Contraloría, que dijo le eximía de toda responsabilidad en un contrato que firmó para el festival de las Artes en Loja, y en el que habría un sobreprecio de más de 3 millones de dólares. Luego se supo que la Contraloría no ha emitido tal informe.

En su blog Observatorio de la dolarización había escrito que «ya no existe el tabú de la desdolarización». Y que hay dos formas de hacerlo. Una buena y una mala. Ese texto ya no existe, ha sido borrado, luego de que generó gran polémica en el país que defiende, de manera abrumadora, la dolarización.

Andrés Arauz está casado con Mariana Veliz y tiene un hijo. En su cuenta de Twitter se define como patriota, demócrata y progresista. Esta es su primera lid electoral, pero ya se codea con lo más granado de la izquierda. Integra el Consejo Ejecutivo de la Internacional Progresista, fundada en 2020, en la que están Bernie Sanders, el exministro griego Yannis Varoufakis, y el vicepresidente del Gobierno español, Pablo Iglesias, quien lo considera «un fuera de serie».

A los 15 años escribía en un pizarrón las cotizaciones de la Bolsa de Valores de Guayaquil, gracias a un trabajo que le dio su cuñado, Danilo Carrera. En su biografía repite que se costeó sus estudios porque sus padres no tenían suficiente para sostener una numerosa familia. Llegó a ser el mayor accionista del Banco Guayaquil, uno de los más grandes de Ecuador.

La de 2021 es su tercera campaña: la primera fue en 2013 cuando compitió con Rafael Correa, quien ganó en primera vuelta; la segunda vez, en 2017, fue finalista junto a Lenín Moreno, que logró la Presidencia. Lasso obtuvo 48,84% de los votos. Denunció fraude, pero se le critica por no haber defendido con evidencias. Dos años después, firmó un acuerdo con el gobierno para impulsar reformas legales en la Asamblea. No pocos consideran un error político.

El servicio y la política la han interesado siempre. En 2006, creó la Fundación Ecuador Libre, integrada por jóvenes con alta formación académica, para analizar al país y buscar soluciones. Más tarde, en 2012, fundó el movimiento Creando Oportunidades (CREO). No ha ido a la universidad, pero ha escrito libros y tiene un doctorado Honoris Causa y una larga lista de funciones pública.

Fue gobernador del Guayas, en 1998, y luego Superministro de Economía. Durante el gobierno de Lucio Gutiérrez, en 2003, fue embajador itinerante. Está casado con María de Lourdes Alcívar, tiene cinco hijos y seis nietos. Cercano al expresidente José María Aznar, está vinculado al Opus Dei. Participa por la alianza CREO y el Partido Social Cristiano, liderado por el exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

Nació en un huasipungo hace 51 años. Fue bautizado como Carlos, pero se cambió a Yaku Sacha (agua de monte) en quichua . Su relación con el agua viene desde cuando pequeño acarreaba en cántaros de una vertiente para llevar a casa. Es abogado, tiene varias maestrías y ha sido concejal de Cuenca y prefecto del Azuay. Apenas llegó a esa función se redujo el sueldo a la mitad.

Se presenta a la Presidencia en representación de Pachakutik , brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) ; por eso, en su campaña, que la ha hecho en bicicleta y tocando el saxofón, luce los colores de la wiphala y una chakana (cruz indígena).

Se involucró en la política en las luchas indígenas y llegó a presidir la Confederación de Pueblos de Nacionalidades Kichwa (Ecuarunari). Ha estado varias veces en la cárcel por defender el agua y oponerse a la minería; cuatro de ellas durante el gobierno de Correa, aunque una fue por oponerse a la reelección indefinida que pretendía el exmandatario, cuyo gobierno también encarceló y expulsó del país a su pareja, la académica franco-brasileña Manuela Picq.

Habla de eliminar varias instituciones del Estado, reducir a la mitad el número de asambleístas (hoy 137), trabajar con los empresarios y está abierto a firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos, lo que le aleja de la izquierda tradicional ecuatoriana.

Sus cercanos dicen que nunca se enfada lo que es atribuido a que medita y hace yoga. En 2013 perdió a su esposa, afectada por un cáncer; con ella tuvo dos hijas, que se han involucrado de lleno en la campaña. Se volvió a casar con Manuela Picq, en una ceremonia ancestral, pero el Registro Civil no reconoció la unión. Junto a ella, que vino de Estados Unidos, donde ahora reside, han protagonizado vídeos que han colgado en Tik Tok, que han recibido críticas, «por banalizar la política», pero que le han supuesto muchos seguidores en las redes.