Andrew Cuomo, en caída libre: le acusan por segunda vez de acoso sexual

Se trata de Charlotte Bennet , de 25 años, que ha asegurado a ‘The New York Times’ que el gobernador la acosó cuando era una de sus asistentes. Bennet, que dejó el Gobierno el pasado noviembre, relató al rotativo neoyorquino que Cuomo le preguntó si creía que la diferencia de edad –el gobernador tiene 63 años– es decisiva para una relación romántica y que él estaba abierto a mantener romances con veinteañeras. En una ocasión, según Bennet, llevó una conversación sobre la pandemia a una invitación a que le diera un abrazo. «Me pareció que el gobernador quería irse a la cama conmigo, y me hizo sentir muy incómoda y me dio miedo», aseguró Bennet.

La revelación sucede en la misma semana que otra mujer, Lindsey Boylan , también con un puesto en su equipo, dio detalles sobre las acusaciones de acoso que realizó el pasado diciembre. Boylan aseguró que Cuomo le invitó a que jugara a ‘strip poker’ en un viaje oficial en avión, hizo comentarios sobre su aspecto físico y le besó en la boca sin su consentimiento en una ocasión.

Cuomo trató de escapar del escándalo con el nombramiento de una investigadora para estas acusaciones. Pero su elección de Barbara Jones , exjuez federal muy cercana al círculo íntimo de Cuomo, solo empeoró la situación. Miembros destacados del partido demócrata en Nueva York, como la diputada Alexandria Ocasio-Cortez , criticaron la elección y exigieron una investigación independiente. Algunos sectores de izquierda, como la senadora estatal Alessandra Biaggi , se unieron a la oposición republicana para exigir su dimisión. «Eres un monstruo y es hora de que te vayas. Ahora», escribió en Twitter. Cuomo se vio forzado a rectificar y, a las pocas horas del nombramiento, anunció que dejaría que la fiscal general del estado y la jueza de más alto rango eligieran al investigador. «Para evitar incluso la percepción de falta de independencia», dijo un portavoz.

No fue suficiente. La presión política sobre Cuomo llegaba también desde Washington, donde la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificaba las acusaciones de «creíbles». Más tarde, en un nuevo comunicado, Cuomo tuve que ir un paso más allá y ofreció sus disculpas por comentarios a esas mujeres que pudieron ser «malinterpretados como un flirteo no deseado». El gobernador reconoció que esas interacciones pudieron ser «insensibles o demasiado personales» pero las encuadró dentro de su practica de bromear con su equipo de forma «bienintencionada». También insistió en que nunca ha «tocado a nadie de forma inapropiada» ni ha intentado que alguien se sienta incómodo.

La segunda acusación último resbalón de Cuomo, que está en crisis política por ocultar el número de fallecidos en residencias de ancianos durante la pandemia. Su gestión le convirtió en un héroe para los demócratas y una figura nacional, a pesar de los casi 50.000 muertos por Covid-19. Incluso escribió un libro sobre liderazgo en la pandemia y sonó como aspirante a la presidencia en 2024. Ahora incluso su puesto de gobernador está en duda.