La Alemania post Merkel quiere reformar el requisito de unanimidad en las votaciones europeas

Se ha celebrado el primer debate a tres para las próximas elecciones alemanas con la presencia de Annalena Baerbock (Los Verdes), Armin Laschet (CDU) y Olaf Scholz (SPD)

«¿Qué es lo que más le irrita a usted de la Unión Europea ?». Esta ha sido la primera pregunta que la moderadora Ellen Ehni ha planteado a los tres candidatos a suceder a Merkel en la Cancillería de Berlín, tras ... las generales del 26 de septiembre. Era el primer debate a tres, con la presencia de Annalena Baerbock (Los Verdes), Armin Laschet (CDU) y Olaf Scholz (SPD) y con la excusa del Foro Europa que organiza la televisión pública alemana WDR. En las respuestas ha comenzado a quedar clara la agenda europea de los tres candidatos.

A Laschet le inquieta la « obsesión por el detalle », a Scholz que « todo lleva tanto tiempo » y a Baerbock el « principio de unanimidad », cuestión esta última en la que se han mostrado de acuerdo, aunque con matices. Scholz considera que en ciertas áreas tiene todo el sentido derogar la regla de unanimidad de la UE para evitar que un Estado miembro pueda bloquear una decisión. Baerbock incluso llegaría a abolir el principio en general. «En muchas áreas de la UE ya han tenido buenas experiencias en ese sentido», ha sugerido, mientras que Laschet se ha limitado a apuntar que eliminar el principio de unanimidad también tendría consecuencias para Alemania que deben tenerse en cuenta. «Si se está de acuerdo, por ejemplo, con un dron europeo como medio de protección, entonces también habría que decir que sí en el interior de Alemania a ese mismo asunto», trataba de acotar.

Acuerdo de Aquisgrán

Para ser candidatos de tres partidos tan diversos, sus posiciones europeas apenas difieren unas de las otras, al menos en materia europea. Laschet es partidario de avanzar «poco a poco» hacia una política exterior europea «por mayoría», lo que evitaría bloqueos como el que estamos viendo respecto al conflicto en Oriente Medio. Ha calificado de «problema nuclear» la posibilidad de que un solo miembro paralice a la unión y en su opinión es «esencial que la UE sea capaz de actuar en el exterior y contribuir a la estabilización» de otras zonas. Defiende la fórmula de una UE de varias velocidades en este ámbito, abriendo acuerdos de cooperación como el de Aquisgrán entre Francia y Alemania a otros socios «para que los que quieran una política internacional común puedan realmente seguir hacia adelante» y se muestra a favor de avanzar en la integración en el área de Defensa, «preparando conjuntamente las capacidades militares europeas y estableciendo la estructura donde se puedan integrar».

A todas estas afirmaciones asentían sus oponentes. Solamente surgieron diferencias acerca de la forma de gestionar la exigencia de Estados Unidos de invertir el 2% del PIB en defensa. Laschet está comprometido con ese objetivo, pero descarta que se logre en el próximo año. « Deberíamos acercarnos gradualmente », ha dicho. Baerbock, en cambio, cuestiona la premisa. «Hemos visto en el pasado que la cuestión de la seguridad obviamente no va de la mano con este objetivo», negaba con la cabeza.

Scholz ha enfatizado lo importante que es garantizar la seguridad de Israel a largo plazo. «Por supuesto que también tenemos obligaciones muy específicas», danto a entender que incluía la venta de armas a Israel. Laschet por su parte subrayaba que la UE está luchando por una solución de dos Estados que incluya conversaciones con el presidente palestino Abbas, pero no conversaciones directas con Hamas. «Debe haber diplomacia telefónica con otros países que tienen influencia sobre Hamas », anotaba Baerbock, que tampoco descarta las exportaciones de armas a Israel en el futuro, siempre que no sean armas nucleares o submarinos nucleares.

El gasoducto con Rusia

En cuanto a la disputa sobre el gasoducto « Nord Stream 2 », que conduce gas desde Rusia a través del Mar Báltico hasta Alemania, Olaf Scholz ha reivindicado que la obra del gasoducto llegue hasta el final, aunque al mismo tiempo considera importante que la seguridad de Ucrania esté siempre garantizada. Solo unas horas después de que los EE.UU. de Biden hayan confirmado que no habrá sanciones a las empresas que trabajan en la finalización del gasoducto, una amenaza que había proferido Trump, Laschet reitera que cree que el proyecto es correcto y que lo respalda. Solamente reprochó Baerbock que él gasoducto «vacía de contenido las sanciones europeas contra Rusia, además de representar un peligro para el medio ambiente».

Y en cuanto se abre la discusión sobre la protección del clima, los tres candidatos suenan como una orquesta bien afinada. Todos están de acuerdo, aunque Baerbock intenta dar la nota verde y se queja de que «uno se pregunta si hubo tantos protectores del clima en el gobierno federal en el último período legislativo, ¿por qué estamos donde estamos hoy?», anunciando el inicio de una nueva «economía de mercado socioecológica». Hay que llegar asuntos como China y Rusia para percibir diferencias. Baerbock propone «un enfoque diferente respecto a los regímenes totalitarios» y promueve «una posición abiertamente crítica con los autócratas, ya sean de Pekín o de Moscú». Laschet es partidario de acercarse a Rusia y de segir la vía trazada por Merkel, que desde 2020 pelea por un acuerdo de inversiones entre China y la UE.

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