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El SPD alemán supera en los sondeos a los conservadores por primera vez en 15 años

El pasado 12 de mayo los socialdemócratas apenas conseguían un 12% de intención de voto

Quién ha ganado las elecciones alemanas

Un cartel electoral del SPD para los comicios del próximo 26 de septiembre AFP
Rosalía Sánchez

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Por primera vez desde 2006, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) se sitúa a la cabeza de las encuestas , dando así un giro significativo a la campaña electoral, de cara a las generales del 26 de septiembre. Tras una remontada intensiva a lo largo del verano, el sondeo que realiza el instituto demoscópico Forsa para RTL y n-tv concede al SPD el 23% de los votos, mientras que la CDU de Merkel cae hasta el 22%, la peor marca registrada por este instituto demoscópico. El SPD ganó la última semana dos puntos porcentuales más, culminando una escalada que partía de una base muy poco esperanzadora.

El pasado 21 de mayo, el SPD apenas obtenía en la misma encuesta un 12% . La CDU/CSU sigue por su parte la trayectoria contraria desde hace semanas. Si antes de las vacaciones de verano contaba con una cómoda ventaja y avanzaba confiada hacia la cita electoral con un 33% en las encuestas, hoy no ve la manera de frenar la caída. Su candidato, Armin Laschet, parece estar dilapidando la excepcional herencia demoscópica que dejaba Merkel y las causas son principalmente su falta de carisma y el fuego amigo, las granadas incendiarias que lanza desde Baviera Markus Söder, que perdió la carrera interna por la candidatura conservadora. Desde el pasado viernes, Merkel dedica el poco tiempo que le deja libre la crisis de Afganistán para respaldar a Laschet en mítines electorales, pero la química entre ellos es más o menos inexistente y la prensa alemana ironiza sobre esta ‘operación amistad’, escasamente creíble y que rechina a los votantes.

Según Forsa, el 22% que obtiene la CDU es el peor valor que el instituto, fundado en 1984, ha calculado jamás para el partido. El 60% de los encuestados , además, ya no creen en un posible cambio de tendencia a su favor antes del 26 de septiembre. La línea de caída, desde luego, es poco esperanzadora. Hace un año, el 8 de agosto de 2020, dos días antes de que el SPD nominara a Olaf Scholz como candidato a canciller, la CDU obtenía el 38% en la encuesta de Forsa y los socialdemócratas apenas el 14%. Hoy, con Merkel fuera de la competición, es Scholz , el vicecanciller de la gran coalición y ministro de Finanzas, el que gana en el ranking de los políticos mejor valorados (más de 7 puntos en comparación con junio, el 51%).

El mayor perdedor es Laschet , que ha cedido desde entonces 11 puntos de popularidad y queda en el 29%. En este ranking, los encuestados indican con qué políticos ven al país «en buenas manos». Si la primera en la lista sigue siendo Merkel, a pesar de que después de cuatro legislaturas consecutivas en el poder ya no se presenta, en segundo lugar aparece el presidente de Baviera Markus Söder, apreciado por los votantes conservadores situados más a la derecha y que no pierde oportunidad de subrayar que él hubiera sido un mejor candidato. Las disputas internas entre los conservadores alemanes explican en buena parte este nuevo mapa electoral. Otra explicación es la rentabilidad de la exposición de Scholz, al frente de las indemnizaciones a los afectados por las inundaciones de julio y de la adjudicación de los fondos europeos para relanzar la economía tras la pandemia.

Las coaliciones

A fecha de hoy y teniendo en cuenta que Los Verdes están en el 18% y los liberales del FDP en el 12%, no es posible una alianza de verdes y conservadores, que era la primera opción de la CDU, ni una nueva gran coalición, que queda también por debajo del umbral de la mayoría en el Parlamento. Las opciones más claras serían una ‘coalición Jamaica’ entre conservadores, verdes y liberales (52%) o una ‘coalición alemana’ entre conservadores, socialdemócratas y liberales (57%) podría gobernar, aunque aritméticamente sería posible también una ‘coalición semáforo’ formada por el SPD, los Verdes y el FDP (53%) o una alianza rojo-rojo-verde formada por el SPD, los Verdes y La Izquierda, aunque con una mayoría reducida en el Parlamento (47%).

Lo cierto es que Scholz no puede dar por seguro todavía el triunfo el 26 de septiembre. Por un lado, el canciller en Alemania no es elegido por el pueblo, sino por los miembros del Bundestag, para quienes lo que cuenta es la pertenencia al partido y al grupo parlamentario, no el carisma personal. Por otro lado, el impulso de Scholz puede revertir. Ya sucedió con su predecesor, Martin Schulz, y con la candidata verde Annalena Baerbock, que llegó a puntuar codo con codo con Merkel en popularidad la pasada primavera y que hoy alcanza solo el 33% y el quinto lugar en la lista. «La fase más caliente de la campaña no ha empezado todavía y la CDU trabaja siempre a largo plazo», dijo ayer Merkel sobre la situación. En la Casa Konrad Adenauer, ven como principal problema que Laschet está solo, no quiere rodearse de figuras de peso porque sería como presentar un gabinete en la sombra y enviar la señal de que reemplazaría a los actuales ministros si sucediera a Angela Merkel.

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