Alberto Fernández busca apoyo en España para renegociar la deuda con el FMI

Como sucediera ayer con Antonio Costa en Portugal, Fernández buscará en España una declaración de apoyo a Argentina en la renegociación de la deuda con el FMI. De paso, como hará en París y en Roma, -y como hizo hace varias semanas su ministro de Economía, Martín Guzmán-, pedirá que le echen una mano con los vencimientos del Club de París. Dicho de otro modo, que todo el que pueda, ejerza sus buenos oficios para que Argentina no entre de cabeza, donde ya tiene medio cuerpo dentro: la cesación de pagos.

«Estamos necesitando de la comprensión de Europa y del mundo», declaró Fernánde z en Lisboa. Por la tarde, antes de partir a Madrid, el presidente de Argentina también insistió en la «necesidad de facilitar el acceso a la vacuna a los habitantes de todo el mundo». Por último, expresó su voluntad de «avanzar» en el acuerdo comercial entre el bloque de países de MERCOSUR, y la Unión Europea, pendiente de ratificación parlamentaria. Salvo sorpresa, estos mensajes serán, palabra más palabra menos, los mismos que se escucharán hoy en España

La visita, oficial, viene precedida de un escenario insólito que levantó ampollas en Moncloa. En un visto y no visto, se creo una situación inexplicable a ojos del Gobierno de Sánchez , que no termina de entender cómo, después de tener cerrada la agenda, el presidente de Argentina pudo suprimir España de este periplo y mantener los otros tres destinos originales: Lisboa, París y Roma.

Para colmo, la exclusión, aunque efímera en el tiempo, se produjo el mismo día que el PSOE se desplomaba frente a Isabel Díaz Ayuso , en las elecciones de la Comunidad de Madrid.

Reconducida la situación y recuperada la escala española, Alberto Fernández dejó en Buenos Aires una crisis que pareciera superarle. Ayer, aterrizó con una comitiva -algo poco usual- de una docena larga de periodistas y acompañado, entre otros miembros de su Gabinete, del canciller, Felipe Solá y de Martín Guzmán, firme en su puesto pese a quedar desautorizado, -como el presidente-, por Cristina y Máximo Kirchner, al impedir la destitución de Federico Basualdo, subsecretario de Energía (ultrakirchnerista) contrario al alza de las tarifas.