Se agota el oxígeno en el submarino indonesio que desapareció en Bali con 53 tripulantes
Indonesia, con apoyo de países vecinos y EE.UU., redobla los esfuerzos para el rescate
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Iniciar sesiónHelicópteros de rescate y nuevos barcos se unieron ayer, en una dramática lucha contra el tiempo, a la búsqueda del submarino indonesio desaparecido el miércoles al norte de la isla de Bali con más de 50 tripulantes a bordo. Este sábado se prevé ... que se agoten las reservas de aire respirable, en el caso de que la presión por la profundidad no lo haya hecho implosionar.
Las autoridades y las familias de la tripulación se aferraban anoche a la esperanza de hallar con vida a las 53 personas que se encontraban en el interior del KRI Nanggala-402 cuando en la madrugada del día 21 se perdió la comunicación durante unas maniobras con torpedos. Entre ellas se encuentra el propio comandante de la flota de submarinos de Indonesia, Harry Setiawan .
El país ha desplegado 25 barcos en las labores de búsqueda, a las que se añaden embarcaciones de naciones vecinas como Singapur , Australia y Malasia . Estados Unidos también se ha sumado a estos esfuerzos, enviando medios por vía aérea, anunció el Pentágono.
Pero al cierre de esta edición no se había logrado localizar el submarino y las razones de su desaparición eran un misterio. Desde el miércoles, los únicos posibles indicios de su localización son unos restos de aceite o petróleo observados cerca del lugar de inmersión, así como un objeto con una «alta fuerza magnética» detectado a una profundidad de entre 50 y 100 metros, de acuerdo con un alto cargo de la Marina, Yudo Margono . En el caso de las manchas oleosas, podrían deberse tanto a un daño sufrido por la embarcación desaparecida como a una señal de la propia tripulación, según las autoridades.
Desde que se sumergió a unos 100 kilómetros de Bali, se calcula que el submarino disponía de oxígeno para 72 horas . El capitán de fragata español Javier Montenegro , de la sección de Submarinos del Estado Mayor de la Armada, explica a ABC que para prolongar la existencia de aire respirable en un submarino se emplean filtros que reducen la cantidad de dióxido de carbono (CO2) y dispositivos que liberan oxígeno . El tiempo de supervivencia , en este sentido, depende «de los daños sufridos, los medios con los que se cuenten a bordo, el espacio en el compartimento que sirve como refugio y el número de personas a bordo», explica.
Angustiosa espera
En la eventualidad de estar atrapados en el fondo del mar y conscientes de que el oxígeno se agota con el paso de las horas, el único protocolo que siguen los tripulantes es «consumir el menor oxígeno posible, tumbarse a descansar y permanecer pendiente de las comunicaciones, esperando el rescate», señala el experto.
Pero también ha podido suceder que la embarcación, por un motivo por ahora desconocido, se haya ido al fondo, a una profundidad muy superior a su margen de seguridad. Se calcula que este submarino, de fabricación alemana y con más de 40 años de antigüedad , podría resistir un descenso hasta los 500 metros, pero la zona en la que se encontraba al desaparecer ronda los 600 o 700, lo que según los expertos podría causar la implosión del casco.
En principio parece «muy poco probable» que hubiera una explosión como consecuencia de los ejercicios con torpedos que realizaba, ya que «los barcos que lo acompañaban la habrían escuchado, por pequeña que fuera», indica el capitán de fragata Montenegro. En el momento de perderse el contacto, el comandante de la maniobra iba a autorizar el lanzamiento de un proyectil.
A diferencia de lo sucedido hace cuatro años con el ARA San Juan, que se hundió frente a las costas de Argentina con 44 personas a bordo, la alerta sobre el submarino indonesio se lanzó «muy poco tiempo después de perderse la comunicación, a las cinco horas, gracias a que se trataba de un ejercicio y el contacto era constante», explica el especialista español. Esto permite reducir notablemente el área de búsqueda, ya que el desplazamiento en ese tiempo es mucho menor, y que los equipos de rescate tanto indonesios como de otros países vecinos reaccionen con mayor celeridad.
Todos los países que cuentan con submarinos, miembros o no de la OTAN, están conectados a través de la Oficina Internacional de Salvamento y Rescate de Submarinos (Ismerlo) que cuenta con una plataforma web con la que se gestionan de forma inmediata las alertas internacionales. Este sistema se implementó a raíz de la tragedia del Kursk , el submarino ruso que se hundió en 2000 con más de cien tripulantes a bordo sin que el auxilio llegara a tiempo.
Montenegro, una de las 400 personas en el mundo a las que llegan esas alertas, explica que de momento se está en la fase de búsqueda, en la que es necesario contar con equipos de gran discriminación del fondo, como sonares multihaz o sonares de barrido lateral.
«Hasta ahora no lo hemos encontrado, pero con el equipo disponible deberíamos ser capaces de dar con la localización», aseguraba ayer un portavoz militar indonesio, Achmad Riad , en rueda de prensa. «Esperamos que los encuentren vivos», confiaba mientras Berda Asmara, esposa de un tripulante que lleva diez años navegando en el Nanggala, en un testimonio recogido por Reuters. La última vez que habló con su marido, por videollamada, le pidió «que rezara por él».
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