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1783, el año en que no hubo verano

A finales del siglo XVIII, cuando era el comisionado en Francia y España de la naciente Confederación norteamericana, Benjamin Franklin conoció los efectos de una erupción en Islandia que duró varios meses y que cubrió de cenizas toda Europa. Con su conocido espíritu científico anotó ... sus observaciones sobre los efectos que aquella nube volcánica tuvo para el clima el año 1783, en el que la temperatura descendió de tal manera que «no hubo verano» ni en Europa ni en América del Norte, y durante mucho tiempo una especie de niebla se mantuvo en grandes regiones a ambos lados del Atlántico.

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