«Si hoy las FARC están fuertes es porque Uribe las dejó así»
Entrevista a Camilo Gómez, excomisionado de paz de Colombia
«Si hoy las FARC están fuertes es porque Uribe las dejó así»
Durante casi tres años y medio, Camilo Gómez vivió entre Cuba, Bogotá y San Vicente del Caguán (sur de Colombia), después de que el presidente Andrés Pastrana (1998-2002) le encomendase negociar la paz con las guerrillas; primero como su secretario privado y luego como ... comisionado de paz. Dialogar con la narcoguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejó recuerdos «gratos» a Camilo Gómez Alzate (Bogotá, 1962) aunque no se llegara a buen fin. «Se cumplió una etapa que el país necesitaba pasar», subraya.
-¿Cree en este proceso de paz que comienza el próximo octubre en Noruega?
-Sí, hay que creer en cualquier intento por lograr la paz en un país que lleva 50 años de conflicto. No es fácil, no sé si se logrará, pero lo importante es intentarlo.
-¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de este intento?
-Hoy el país tiene unas condiciones y un entorno mucho más favorable que en el Caguán (zona desmilitarizada en el proceso de paz de Pastrana). Hay una economía sólida, entonces había crisis. El Ejército estaba debilitado, hoy está fortalecido a raíz del Caguán. Las relaciones internacionales son mucho más sólidas. En ese momento eran muy inestables, Colombia era visto como un paria. Hoy la sociedad es mucho más consciente del conflicto. Todo hace que sea mucho más viable.
-¿Qué le parece la elección del exvicepresidente Humberto de la Calle como negociador jefe por parte del Gobierno?
-Humberto de la Calle era ministro de Interior durante el proceso de paz y, por lo tanto, estuvo muy involucrado. El presidente, Juan Manuel Santos, era ministro de Hacienda, y el vicepresidente, Angelino Garzón, era ministro de Trabajo. De la Calle, Santos y Garzón fueron grandes consejeros.
«Sin lugar a duda, las FARC abusaron de la zona de distensión»
-Negociaron la paz en un territorio del tamaño de Suiza que se convirtió en refugio de secuestrados y en zona de cultivos ilegales. ¿Fue la causa de la ruptura? ¿Teme que la historia se repita?
-El proceso de paz no era la zona de distensión del Caguán, era mucho más que eso. Era la fórmula para tener un territorio donde negociar. Hoy legalmente ya no existe esa opción en Colombia, la ley fue derogada. El proceso se rompió el día en que el Ejército nos entregó las pruebas de los abusos de la guerrilla. Sin lugar a dudas, las FARC abusaron de la zona de distensión. Pero también se rompió porque la guerrilla no dio el paso definitivo hacia la paz, posiblemente se asustó. Ojalá ahora no les pase lo mismo.
-¿Se sintió fracasado?
-No, cuando un proceso de paz no llega al objetivo, que es firmar la paz, deja muchas otras cosas. El Caguán dejó muchísimas más cosas positivas de lo que el país reconoce. Desde luego que hubiéramos querido firmar la paz. Se hizo un trabajo con dedicación y esfuerzo. Y, sobre todo, se cumplió una etapa que Colombia necesitaba pasar.
-¿Hay más posibilidades de que ahora se firme la paz?
-Sí, pero también veo a una guerrilla que no ha cambiado mucho su discurso.
-Sin embargo, han pasado de 16.000 a 8.000 hombres y han perdido jefes clave.
-En 1998 la guerrilla estaba envalentonada con triunfos militares muy importantes y 400 soldados secuestrados. Hoy su posición es distinta. Pero tampoco creo, como muchos afirman, que esté derrotada. Álvaro Uribe convenció al país de que estaba acorralada, y ahí está y sigue haciendo daño. Hoy mantiene una capacidad importante, no despreciable.
-¿Es cierto que con Santos las FARC son más fuertes que en el mandato de Uribe?
-No, tampoco. Uribe se ha dedicado a predicar esa tesis y no es cierta. Y si lo fuera, él sería responsable de haber dejado a una guerrilla así de fuerte. En la época del presidente Uribe también hubo muchos actos violentos de la guerrilla, no muy diferente de lo que hoy sucede. Pero como no se hablaba de paz, el efecto no era tan importante. Si hoy las FARC están fuertes es porque Uribe las dejó fuertes.
-¿Entiende la actitud crítica de Álvaro Uribe con Juan Manuel Santos, quien fue su ministro de Defensa y sucesor en la Presidencia?
-Es muy difícil como colombiano comprender que un expresidente no le dé ni una sola oportunidad a la paz. Y es muy difícil entender que se dedique a hacer política electoral a costa de la seguridad en un país que ha sufrido tanto. Ni siquiera permitió que el proceso empezara y ya lo está criticando.
-¿Coincide con Uribe en que este diálogo de paz le sirve a Hugo Chávez para lavar su imagen de cara a las próximas presidenciales venezolanas?
-No creo que la paz de Colombia sea un tema electoral en Venezuela. En cambio, el expresidente Uribe debería dejar que los venezolanos votaran sin interferir en las elecciones.
-¿Qué sabe de la denunciada conexión Caracas-FARC-ETA?
-Ha habido informaciones sobre la conexión entre ETA y las FARC, incluso se habló de un posible atentado en Madrid por parte de ETA a cuenta de las FARC cuando el expresidente Pastrana y yo vivíamos en Madrid. Igualmente hay mucha información sobre la conexión entre las FARC y Chávez. El presidente venezolano debería hacer gestos claros para desvincularse. El mundo hoy no entiende que un gobierno tolere la presencia de miembros de las FARC en su territorio. Pero a la vez hay que reconocer que Chávez, cuando Colombia lo ha solicitado, ha ayudado en los procesos de paz. Lo hizo con nosotros y el propio Uribe. Santos le ha pedido ayuda, ha sido un puente en estas negociaciones.
-¿Después de 50 años de lucha cree que se van a desmovilizar a cambio de nada?
-Es imposible. Las FARC ya lo dijeron, no van a un proceso de rendición sino de negociación. Eso en términos de la guerrilla significa que van a pedir muchas cosas a cambio. No sabemos cuáles y ojalá la guerrilla sí sepa qué es lo que quiere, porque muchas veces ellos mismos no han sabido qué es lo que quieren negociar. Eso pasó en el Caguán.
-¿Coincide con Naciones Unidas en que no se deben negociar indultos o amnistías para delitos de lesa humanidad en el proceso de paz colombiano?
-Hoy el mundo no permitiría un indulto o una amnistía simple como pudo haber ocurrido hace muchos años. Las normas internacionales lo prohíben. Colombia firmó el Tratado de Roma que crea la Corte Penal Internacional. Pero también es cierto que las FARC no van a salir de la selva para ir a la cárcel. Hay que buscar una fórmula, que en el mundo se conoce como justicia transicional.
«Deben haber entregado las armas si quieren estar en los comicios de 2014»
-¿Las FARC son demasiado optimistas cuando afirman que serán «fuerza política» y que no descartan presentar candidato a la presidencia en 2014?
-Dos años es poco tiempo para un proceso de paz. Ojalá llegaran a hacer política. Si cambian las armas por la política sería de enorme tranquilidad. Lo que no puede pasar es que hagan política teniendo aún las armas. Política y armas no son compatibles. Y si las FARC quieren estar en las elecciones de 2014, deben haber entregado las armas.
-¿La entrega de armas es innegociable?
-Para hacer política, la entrega de armas es una condición de la democracia.
-¿Qué puede aportar al proceso de paz la compañera de «Tirofijo», Sandra Ramírez, que ahora integra la delegación de la guerrilla en Cuba?
-Es bueno que haya una mujer de las FARC en la mesa de diálogo. Ella conoció muy de cerca a Marulanda, vivió con él muchos años. Ojalá entienda que es una oportunidad única. «Tirofijo» se murió como un guerrillero común y hubiera podido ser el que hizo la paz. Él desperdició esa oportunidad, ojalá Sandra la aproveche.
-¿Cree a los rebeldes cuando dicen que no tienen secuestrados en su poder?
-Es difícil creer lo que dicen las FARC. Manuel Marulanda («Tirofijo») me dijo muchas veces que rechazaban el secuestro, pero siguieron secuestrando. Ojalá hoy estén diciendo la verdad.
-¿Qué le parecen los nombramientos de los excomandantes Mora (Ejército) y Naranjo (Policía) como delegados del Gobierno en el diálogo con la guerrilla?
-La presencia de los militares en el proceso es indispensable. La paz y la guerra son problemas más militares que políticos. Ojalá Jorge Enrique Mora no sea una piedra en el zapato. Es un general muy complicado, puede entorpecer las cosas.
-¿Considera que no se ha llegado a derrotar militarmente a la guerrilla por la orografía de Colombia?
- No es el único, pero sí es un factor importante. Hay una selva en mitad del territorio que hace que las operaciones militares sean muy difíciles. La compleja orografía es una defensa importante para la guerrilla.
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