¿Por qué se calla la premio Nobel birmana ante el drama de los rohingya?
San Suu Kyi se resiste a hablar en público de la represión de la minoría musulmana, condenada a morir en tierra o en el mar, porque ya piensa en las elecciones de noviembre
¿Por qué se calla la premio Nobel birmana ante el drama de los rohingya?
Hay silencios clamorosos ante crisis humanitarias a gran escala, y uno de ellos es el de la premio Nobel de la Paz birmana, San Suu Kyi, y la minoría perseguida en su país, los rohingya, reprimidos en casa y abandonados a su suerte en el ... mar cuando tratan de huir.
Suu Kyi se resiste una y otra vez a reconocer que Birmania tiene un problema con su población musulmana (1,3 millones de rohingya frente a los 52 millones de budistas), y menos aún a admitir que son sistemáticamente reprimidos tanto por la dictadura militar como por una atmósfera social claramente racista e intolerante. La veterana disidente, condenada durante muchos años al arresto domiciliario, se resiste a hablar del asunto en público, o se escuda en que “la violencia se da en las dos partes”, cuando no tira del arabesco lateral: “las cosas son más complicadas de lo que parece”.
Sin embargo, los hechos denunciados desde hace muchos años por las organizaciones de derechos humanos son tozudos. Los rohingya se ven privados de la ciudadanía por su religión, no tienen libertad de movimientos, ni acceso a puestos de trabajo oficiales o educación; el gobierno ha establecido para ellos, en su estado natal de Rakhine, un límite de dos hijos por matrimonio.
¿Por qué se calla San Suu Kyi, alabada por sus discursos en favor de la libertad y los derechos humanos cuando la dictadura la privaba de libertad? Puede tratarse, en el fondo, de un disgusto racial hacia la minoría musulmana, común entre sus compatriotas. O puede ser mero pragmatismo y cálculo político. San Suu Kyi quiere presentarse a las próximas elecciones generales -previstas en principio para noviembre- y sabe que la mayoría de los birmanos budistas rechaza a los rohingyas. San Suu Kyi, “la señora”, se apunta a la lista de políticos premiados con el Nobel de la Paz, entre los que ya ocupan un puesto destacado figuras como Peres, Arafat o el presidente Obama.
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