La Policía argentina contaminó pruebas en la casa del fiscal Nisman

Al apreciar las imágenes, difundidas por el programa de televisión del periodista Jorge Lanata en el Canal Trece, se observan escenas sorprendentes. Una de las agentes, vestida de civil, vacía la caja de seguridad de Alberto Nisman sin guantes. Se ve con claridad que retira un fajo de dólares, varios pasaportes, un disco duro y un pendrive con sus manos sin cubrir.

Por el piso del hombre que estaba dispuesto a defender en el Congreso sus imputaciones a Cristina Fernández de Kirchner y, entre otros, al Ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, desfilan personajes ajenos a la investigación como el secretario de Seguridad Sergio Berni, testigo del desorden que queda reflejado en el vídeo.

A lo largo de la secuencia de imágenes, algunas llaman la atención: se manipula la pistola de la que partió la bala que terminó con la vida de Nisman y hasta se limpia con papel higiénico. En otro momento, el cargador, sin restos de sangre, termina manchado con la de los guantes de un agente que lo revisa sin colocarse otros limpios.

La cámara sigue el procedimiento policial en todo momento aunque algunas tomas, según el equipo de Lanata, están editadas por las autoridades, algo que, advierten, está expresamente prohibido por ley. La entrada en el cuarto de baño donde se descubrió el cuerpo de Nisman tendido en un charco de sangre o la estampa del salón del fiscal, con gente trabajando sobre su mesa que llenan de papeles, resultan ajenas al protocolo propio de estos casos. Al contaminarse se complica la investigación ya que todo debe ser revisado minuciosamente en busca de huellas dactilares y pruebas que puedan ayudar a determinar si se trato de un suicidio o de un asesinato, algo que, cuatro meses más tarde, sigue siendo un misterio.

En ese escenario la fiscal Viviana Fein y los peritos van acompañados, entre otros, de la madre de Alberto Nisman. Fein, sin la protección adecuada, hasta pisa un charco en el baño donde yace el cuerpo de Nisman. En rigor, lo que se ve es, prácticamente, lo mismo que relató Natalia Fernández, la testigo que captaron en la calle para que firmara las actuaciones y cuyo testimonio fue descalificado por el Gobierno.