Las facciones siria e iraquí de Estado Islámico se disputan el mando del califato

Los cuidados del califa, con problemas en la espina dorsal y una pierna, corren a cargo de un equipo médico de nueve personas

Las facciones siria e iraquí de Estado Islámico se disputan el mando del califato jm nieto

mikel ayestaran

12/05/2015
Actualizado 13/05/2015 a las 08:52h.

Dos iraquíes y un sirio se disputan el cargo de na’ib al-malik (una especie de súper número dos) dentro del grupo yihadista Estado Islámico (EI), una posición necesaria debido al delicado estado de salud del califa Abu Baker Al Bagdadi, ... herido hace dos meses en un bombardeo de la coalición que lidera Estados Unidos. Combatientes que han decidido desertar han asegurado a la ONG Eye on The Homeland, creada para apoyar a quienes dejan de luchar con el EI y que en el último mes habría ayudado a desertar a unas cien personas, que el califa habría sido trasladado a Raqqa, bastión insurgente en Siria, para recibir tratamiento, según recoge el medio digital estadounidense «The Daily Beast». Los cuidados del califa, con problemas en la espina dorsal y una pierna, corren a cargo de un equipo médico de nueve personas que, por motivos de seguridad, estaría dividido en tres grupos que residen en lugares diferentes de Raqqa, aseguran los combatientes a los que ha tenido acceso la ONG con sede en la ciudad turca de Urfa, en plena frontera con Siria.

Días después de que el diario británico The Guardian revelara la situación de Al Bagdadi , el doctor Hisham al Hashim, asesor del gobierno iraquí en asuntos relacionados con el EI, declaró a la revista Newsweek que el elegido para sucederle de forma temporal era Abu Alaa Afri, ex profesor de Física en Tal Afar, provincia de Nínive, antes de empuñar las armas en la yihad en Afganistán y a las órdenes de Al Qaida tras la invasión de Irak de Estados Unidos. Alaa Afri tendría ahora la competencia de Abu Ali al-Anbari, ex general del Ejército de Irak nacido en Mosul y vinculado al EI desde su expansión a Siria en verano, y Ali Moussa al-Hawikh, gobernador yihadista en Raqqa. Una competencia que simboliza la competencia entre las facciones siria e iraquí del grupo por hacerse con el control del califato.

Los bombardeos de la alianza y las ofensivas terrestres de kurdos, milicias chiíes y ejército de Irak han hecho a los yihadistas perder terreno en las últimas semanas. La pérdida reciente y más simbólica es la ciudad de Tikrit, cuna de Sadam Husein y segundo bastión del grupo en Irak, país donde más está sufriendo el EI. Desde el lecho en el que se encuentra prostrado, según los desertores citados por The Daily Beast, Al Bagdadi habría lanzado su último comunicado, difundido a través de las redes sociales, el 27 de abril llamando a emires y combatientes sirios a cruzar la frontera y servir como voluntarios en suelo iraquí. El califa demanda kamikazes, suicidas que « no miran atrás y no dejan sus armas hasta su muerte o hasta que Dios les otorgue la victoria ».