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Detenido el líder del cártel de «Los Zetas», Omar Treviño

La detención se produce menos de una semana después del arresto del líder de «Los Caballeros Templarios»

Detenido el líder del cártel de «Los Zetas», Omar Treviño efe

yaiza santos

Los estadounidentes ofrecían cinco millones de dólares a quien pudiera facilitar la detención de Omar Treviño Morales, «El Z42», capturado de madrugada en un operativo conjunto de fuerzas federales en San Pedro Garza García, un acaudalado municipio pegado a Monterrey, Nuevo León. Es el segundo éxito contra el narcotráfico del gobierno mexicano en menos de una semana, tras la detención en Michoacán, el pasado viernes, de Servando Gómez, «La Tuta» , líder de Los Caballeros Templarios.

Treviño, de 41 años, era considerado líder absoluto de Los Zetas , el segundo cártel más poderoso por detrás de Sinaloa, responsable en gran medida de la violencia desatada en el nororeste del país. Omar tenía el control del grupo criminal tras la detención de su hermano Miguel Ángel, «El Z40», en julio de 2013, quien a su vez se había convertido en líder a la muerte de Heriberto Lazcano, «El Lazca», en octubre de 2012, abatido en un enfrentamiento con la Marina. Ambos hermanos, acompañados de un tercero, José, que empezaron robando coches, son delincuentes desde muy jóvenes.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos tiene en la mira también, desde 2013, a la mujer y al suegro de Treviño, Carolina Fernández González y Jesús Fernández de Luna, por lavar dinero de Los Zetas a través de la empresa Ganadería 5 Manantiales.

Guerra sin piedad

Los Zetas se crearon en 1997, según la DEA (Drugs Enforcement Administration, la agencia antidrogas de Estados Unidos), con un grupo de sicarios para servir de «brazo armado» al cártel del Golfo. De él se escindieron en 2010 y desde entonces, ambos mantienen una guerra sin piedad por ese territorio del noreste de México.

Desde el principio, la estrategia de Los Zetas se diferenció notoriamente de los viejos cárteles, que solían tener sus plazas bien delimitadas y tendían a ser discretos, manteniendo los ajustes de cuenta dentro del «negocio» para no atraer fuerzas policiales: ellos, por el contrario, lograron expandirse en muy pocos años a otros rincones de la república, ejerciendo una violencia desmedida e indiscriminada –se les presupone responsables del primer atentado narcoterrorista, durante la celebración de las fiestas de la Independencia del 2008 en Morelia, Michoacán– para ganarse la fama siniestra que les permite no sólo vender drogas, sino secuestrar y extorsionar sin paliativos.

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