Corea del Norte dispara dos misiles por las maniobras del Sur y Estados Unidos

Durante las dos próximas semanas, 10.000 soldados surcoreanos y 8.600 americanos participan en unos ejercicios por ordenador llamados «Solución Clave». Además, 200.000 soldados surcoreanos y 3.700 estadounidenses son desplegados sobre el terreno en las maniobras llamadas «Potro Águila», que duran dos meses. Aunque dichos ejercicios anuales son puramente defensivos, Corea del Norte los acusa de ser un ensayo de invasión y Kim Jong-un ha puesto a su Ejército en alerta. Como todos los años, estas maniobras han provocado un repunte de la tensión en el Paralelo 38, que divide a las dos Coreas y es la última frontera de la Guerra Fría.

«La única manera de hacer frente a la agresión y la guerra no es ni el diálogo ni la paz. Deben ser atajadas solo con ataques sin piedad», alertó con su habitual tono belicoso el régimen de Pyongyang a través de su agencia de noticias KCNA.

En 2013, estas mismas maniobras desencadenaron una escalada militar que llevó a Kim Jong-un a declarar el estado de guerra con Corea del Sur y a cerrar durante varios meses el polígono industrial de Kaesong, cogestionado en plena frontera.

El lanzamiento de misiles de este lunes es el tercero de Corea del Norte en lo que va de año. El mes pasado, Pyongyang disparó cinco misiles de corto alcance en su mar oriental desde la ciudad fronteriza de Wonsan. Dos días antes, había probado un nuevo cohete antibarco de alta precisión bajo la supervisión de Kim Jong-un.

Tras llevar a cabo tres ensayos nucleares – en 2006, 2009 y 2013 –, Corea del Norte había ofrecido una moratoria a cambio de la anulación de las maniobras anuales del Sur y EE.UU., que rechazaron su propuesta por conllevar la «amenaza implícita» de una nueva detonación atómica.

A la espera de comprobar sus siguientes pasos, Pyongyang ha comenzado disparando estos dos cohetes, que Corea del Sur y Japón han criticado duramente por suponer una amenaza para la aviación civil en la zona. Violando las resoluciones de la ONU, que prohíben al régimen de Kim Jong-un cualquier tipo de ensayo con misiles balísticos, ambos proyectiles fueron lanzados desde el puerto occidental de Nampo y recorrieron 500 kilómetros sobre suelo norcoreano hasta caer en aguas de la costa oriental.

«Se trata de una provocación como respuesta a las maniobras conjuntas», reconoció en un comunicado el Estado Mayor surcoreano, que sigue «vigilante ante cualquier lanzamiento adicional mientras fortalecemos nuestra preparación». Por su parte, el portavoz del Ejecutivo surcoreano, Kim Min-seok, denunció que Pyongyang intentaba desatar una nueva «crisis de seguridad», según informa Yonhap.

Cada cierto tiempo, Corea del Norte intensifica su retórica belicista y atómica para forzar nuevas negociaciones con el Sur y EE.UU. y conseguir ayuda humanitaria, así como para reafirmar a la cúpula del régimen a nivel interno esgrimiendo la amenaza exterior. Pero esta calculada «diplomacia nuclear» podría provocar escaramuzas fronterizas como las que llevaron al hundimiento de la corbeta surcoreana «Cheonan» y al bombardeo de la isla de Yeongpyeong en 2010, cuando murieron en total medio centenar de personas y ambos países estuvieron al borde de la guerra.