La corrupción en Petrobras hunde el respaldo popular a Dilma Rousseff

La firma de sondeos Datafolha ha revelado este lunes que es el peor resultado de un mandatario brasileño desde 1999, en el segundo mandato de Fernando Henrique Cardoso. Pero Cardoso llevaba seis meses de mandato y Rousseff acaba de llegar a la presidencia por segunda vez. Los entrevistados que consideran al actual gobierno malo o pésimo han pasado del 24% al 44%. Esta valoración refuerza las voces de la oposición en el Congreso, que piden que una comisión investigue a Petrobras y la destitución de la presidenta.

Para el 46% de los brasileños, Rousseff mintió durante la campaña electoral que la llevó a la reelección. Según la encuesta, un 47% considera que la mandataria es deshonesta; un 54% cree que es falsa y un 50% dice que es indecisa. Sobre el escándalo de corrupción de Petrobras, un 77% considera que Rousseff conocía el desvío de fondos, mientras que sólo un 14% cree que lo desconocía.

El caso Petrobras ha perjudicado a Rousseff, pero también ha tenido dificultades para resolver la gestión de la petrolera estatal. La semana pasada aceptó la renuncia de la presidenta de Petrobras, Graça Foster, y de cinco ejecutivos, cuestionados durante meses y que permanecían en sus cargos por insistencia suya. El sucesor de Foster, Aldemir Bendine, expresidente del Banco do Brasil y ejecutivo de confianza del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), fue mal recibido por los mercados.

La popularidad de Rousseff también se ha visto afectada por anuncios impopulares sobre aumentos y ajustes fiscales. Según Datafolha, el 26% de los brasileños cree que la economía puede empeorar. Los economistas ya prevén que Brasil sufrirá un año más de estancamiento.