La pugna por el Buda más alto del mundo

Desde 2008, la cima la ocupa el Buda Vairochana en la ciudad de Zhaocun, en la provincia de Henan. Con 153 metros, incluyendo un pedestal con forma de loto de 20 metros, superaba así al Buda Amitabha de la ciudad japonesa de Ushiku, en la prefectura de Ibaraki, que tiene 120 metros y fue terminado en 1993. Ese mismo año 2008 también se inauguró en Birmania (Myanmar) otro Buda de 116 metros que, contando el pedestal, llega hasta los 130 metros en la ciudad de Monywa.

También budista, en Sanya, en la isla china de Hainan, se alza una efigie de 108 metros de Guanyin, el «Bodhisattva» («iluminado») de la compasión en el que muchos en Occidente quieren ver a una diosa de la misericordia por sus rasgos femeninos. En una clara contradicción con la renuncia al mundo material que predicaba Sidarta Gautama, las mayores estatuas del mundo son figuras budistas que en ocasiones llegan a estar construidas de bronce o incluso recubiertas de oro.

Es el caso del Buda Amitabha del monasterio de Donglin, en la ciudad china de Jiujiang (provincia de Jiangxi), que luce 48 kilos de revestimiento dorado. Con una estatua de 48 metros de altura, se erige a los pies de la montaña de Lushan bajo un arco decorado de 80 metros con rayos que simbolizan la «luz infinita» que representa esta figura sagrada y, por cierto, bastante costosa. Según el Diario del Pueblo, altavoz del Partido Comunista, su presupuesto ascendió a 1.000 millones de yuanes (129 millones de euros), que fueron aportados por «donantes nacionales y extranjeros». Además de dar buena fe de su desarrollo económico, el propósito de esta construcción es atraer visitantes. «Queremos dar a conocer nuestra ciudad al mundo porque tenemos diez millones de turistas nacionales al año, pero por desgracia pocos extranjeros todavía», reconoce en un encuentro con periodistas invitados a la provincia de Jiangxi el vicealcalde de Jiujiang, Gu Feng.

Pero, hasta llegar a esta última gran estatua de Buda, que fue inaugurada el año pasado, hay una larga lista de construcciones similares mucho mayores. Tras las descomunales efigies de los emperadores Yan y Huang, finalizadas en 2007 con 106 metros de altura, otra figura religiosa es la sexta estatua más alta del planeta. Se trata de la blanca estatua de Guanyin de Sendai, en Japón, que es de 1991 y mide 100 metros, tan solo uno más que otra escultura con el mismo motivo que, bañada en bronce, se erige desde 2009 cerca de la ciudad china de Changsha, en la provincia de Hunan.

Con la «pequeña» excepción que supone la escultura de 96 metros de Pedro I de Rusia en Moscú, el Buda sentado del monasterio de Wat Muang, en la provincia tailandesa de Ang Thong, es la novena mayor estatua del mundo con sus 92 metros, que datan de 2008. A continuación le siguen, con 88 metros, otra figura de Guanyin en la isla japonesa de Hokkaido y el Buda de Ling Shan en Wuxi, en la provincia china de Jiangsu.

Entre China, Japón, Tailandia, Taiwán y Vietnam se reparten casi una treintena de grandes esculturas budistas hasta llegar a otras obras más conocidas en Occidente. Entre ellas destacan la Estatua de la Libertad en Nueva York, que «solo» tiene 46 metros sin contar su pedestal, que casi mide lo mismo, o el Cristo Redentor de Río de Janeiro en Brasil, de 38 metros más una base de otros ocho. En comparación los Budas de Asia, ambas parecen enanas.