Los yihadistas detenidos planeaban decapitaciones en Londres

Uno de los detenidos, Tarik Assane, de 21 años, apodado el Cirujano porque inició estudios de Medicina, fue reducido con un disparo de pistola eléctrica, aunque no requirió asistencia médica. La policía irrumpió a las 4.30 de la mañana en su domicilio de North Kensington, donde residía con su madre y su hermana. Los agentes lanzaron granadas de aturdimiento a través de las ventanas y lo capturaron tras un forcejeo. Los cuatro sospechosos están siendo interrogados desde el lunes en una comisaría del centro de Londres y se les ha aplicado la Terrorism Act, la dura legislación contraterrorista adoptada tras escalada islamista, que permite que puedan permanecer detenidos hasta 14 días sin que se hayan formulado cargos.

El Reino Unido se encuentra desde finales de agosto en alerta antiterrorista «severa» , la segunda mayor de la escala. La vigilancia es constante, incluso con helicópteros policiales y militares patrullando con frecuencia. La redada se ha considerado de alto riesgo, pues se incorporó a agentes de las fuerzas especiales del cuerpo Specialist Firearms Command, aunque no llegó a haber disparos. Scotland Yard se ha limitado a apuntar que «los arrestos son parte de la investigación en marcha contra el terrorismo».

En Reino Unido se sumó hace unos días a los bombardeos contra Estado Islámico en Irak y se temen represalias de los terroristas con un atentado en el Reino Unido, pues la policía ha detectado una actividad cada vez más intensa, al calor de la crecida y la propaganda de EI. Los yihadistas han asesinado ya a dos ciudadanos británicos con el truculento sistema de las decapitaciones grabadas en vídeo. Primero fue el ex militar y cooperante David Haines y el pasado fin de semana, el taxista Alan Henning, que colaboraba con una onegé musulmana filosalafista cuando fue secuestrado. Predicadores radicales islámicos del Reino Unido pidieron clemencia a EI, pero Henning fue ajusticiado sin clemencia y con saña. El autor de todos los asesinatos es un joven de acento londinense, conocido como Jihadi John , cuya identidad el FBI asegura conocer ya.

La policía ha explicado que los detenidos en Londres no guardan relación con el asesino encapuchado del cuchillo. Unos 600 jóvenes británicos se han enrolado en la yihad y el regreso de lobos solitarios dispuestos a atentar en su país de origen desvela a las fuerzas de seguridad. David Cameron ha llegado a pedir en el Parlamento que se retire el pasaporte británico a quienes desean retornar al Reino Unido. Pero sus socios liberales y algunos de sus propios diputados conservadores frenaron la iniciativa, argumentando que va contra las libertades y derechos civiles.

La semana pasada, un ciudadano británico de Buckinghamshire, que se cree que podría ser Omar Hussein, un antiguo guardia de seguridad ahora enrolado en las filas de Estado Islámico, apareció en un vídeo del califato terrorista pidiendo a los yihadistas ingleses que no logran viajar a Siria e Irak que causen el mayor terror posible en el Reino Unido. El año pasado, dos radicales fanatizados mataron a cuchilladas en plena calle al soldado Lee Rigby en el sureste de Londres. Estado Islámico intenta que su campaña de horror sea global y ya se han producido importantes redadas en España, Australia y ahora Reino Unido.