La izquierda gana en Suecia, pero no logra la mayoría absoluta

El ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) obtuvo un importante resultado al duplicar sus votos y convertirse en la tercera fuerza parlamentaria, con lo que refuerza su papel de árbitro y bisagra en la política sueca. El partido dirigido por Jimmie Åkesson fue el que más creció de todos, pasando del 5,7% al 13%, una situación que hará difícil que el resto de formaciones sigan haciéndole el vacío en el Parlamento, como ocurrió la pasada legislatura. El descalabro del centroderecha ha posibilitado el triunfo de la oposición, si bien el partido que ha sabido acaparar el desgaste de la Alianza ha sido la ultraderecha.

El resultado supone una caída de más de diez puntos para el centroderecha sueco respecto a los anteriores comicios y una pérdida de la cuarta parte de sus votantes para los conservadores. Este resultado llevó a Reinfeldt a anunciar que hoy presentará la dimisión de su gobierno y que dejará el liderazgo del partido la próxima primavera. Reinfeldt cumplió la promesa reiterada durante la campaña de que dejaría gobernar a la minoría más votada y que no recurriría a los votos de la ultraderecha, lo que allana el camino a los socialdemócratas, tradicionales dominadores de la política sueca, para recuperar el poder ocho años después.

El Partido Socialdemócrata, liderado por Stefan Löfven, logró el 31,2%, lejos del objetivo del 35% y solo unas décimas mejor que en 2010, cuando obtuvo su peor resultado en un siglo. Löfven declaró al término de la jornada electoral que iniciaría conversaciones con el Partido del Medioambiente, pero resaltó que su mano está «extendida» a las otras formaciones, salvo a la ultraderecha de Åkesson.

Löfven tendrá que hilar fino para cerrar un pacto de gobierno, ya que el retroceso de Los Verdes le obligará a recurrir al Partido de la Izquierda, que mejoró ligeramente hasta el 5,7%.