Dos ministros franceses criticaron abiertamente la política económica de Hollande

Arnaud Montebourg, ministro de Economía y la Recuperación, y Benoît Hamon, ministro de Educación, criticaron abiertamente las decisiones de Hollande , en unos términos que Manuel Valls consideró «peligrosos», cruzando una «línea roja» inflamable.

Montebourg declaró al vespertino «Le Monde» que el gobierno socialista debe consumar una «inflexión importante» en su política económica, que considera «peligrosamente sumisa» al Pacto fiscal europeo que aceptaron cumplir todos los miembros de la zona euro, el 2012.

Montebourg defiende desde hace años una línea «patriótica», «nacional y socialista», proteccionista, en abierta oposición a las políticas de saneamiento y austeridad prepuestaria que han comenzado a dar sus frutos en Alemania, el Reino Unido y España.

Varios portavoces oficiosos de Manuel Valls, jefe de Gobierno, han declarado que Montebourg «cruza la línea roja». Un 86 % de los lectores del diario conservador Le Figaro estiman que Montebourg «debiera dimitir».

Lejos de dimitir, Montebourg ha confirmado sus distancias con la política de Hollande. Y ha recibido el apoyo de Benoît Hamon, ministro de Educación, que se dice «solidario» con el resto del Gobierno, pero considera «deseable» abrir un «debate de fondo» sobre una política que la izquierda socialista, ecologistas y comunistas consideran una «traición».

La fronda de la pareja Montebourg – Hamon abre un nuevo frente de crisis interna entre las distintas y enfrentadas familias socialistas.

Hollande y Valls intentan cumplir, mal que bien, los compromisos de Estado con el Pacto fiscal europeo. Hollande lleva dos años pidiendo «comprensión» a Angela Merkel y la gran mayoría de los miembros de la zona europeo, que siguen pidiendo al gobierno francés el cumplimiento de los compromisos de Estado.

Valls ha reiterado que «no es posible otra política», insistiendo en la necesidad de realizar 50.000 millones de euros de recortes, «completados» con un plan de relanzamiento inspirado en las políticas que han dado resultados positivos en Alemania, el Reino Unido y España.

Una parte del grupo parlamentario socialista lleva varios meses intentando oponerse a la política que defiende la pareja Hollande – Valls. Varios «elefantes» socialistas han comenzado a protestar y «gruñir» de manera creciente.