Umberto Bossi, el fracasado inventor de la Padania

En 1989 fundó el movimiento la Liga Norte , que obtuvo excelentes resultados electorales en las regiones septentrionales del país tras el vacío dejado por los partidos tradicionales, que se vieron arrasados por el proceso contra la corrupción, conocido como «Tangentopoli», iniciado en 1992. Bossi tuvo un gran instinto para convertirse en un político nacional de moda en los años noventa, en los que lideró un movimiento que acogía a pequeños empresarios, comerciantes y trabajadores autónomos, justamente los sectores que se sentían peor tratados por el fisco y los sindicatos.

Bossi fue un aliado durante años de Silvio Berlusconi. Y formó parte de su Gobierno como ministro para las Reformas Institucionales. Sus cargos institucionales nunca fueron impedimento para mostrarse siempre en público con gestos rudos y maleducados. «La bandera nacional tricolor la utilizo para limpiarme el c… », afirmó en más de una ocasión el exsecretario de la Liga Norte. Incluso siendo parlamentario y ministro para las Reformas Institucionales en el gobierno Berlusconi, cargó las tintas en sus ofensas a la bandera al afirmar: «He ordenado un camión de papel higiénico tricolor, a la vista de que un magistrado dice que no puedo tener la carta higiénica tricolor».

Bossi fue un monarca absoluto en la Liga Norte , partido en el que hacía y deshacía a su antojo, rodeado de un grupo mínimo de personas, conocido como «círculo mágico», del que formaba parte su mujer, y que ejercía una gran influencia sobre él. En un principio no se dio crédito en el partido a las denuncias de corrupción que aparecieron en los medios de comunicación. Se argumentó que Bossi era ajeno a las mismas. Sus fieles seguidores se manifestaban al grito de «Escobas y orgullo liguista», una especie de lema para pedir «limpieza» en el partido y solidaridad con el viejo líder. Pero al final se impuso la realidad: Bossi era un corrupto . El caso de su hijo Renzo se convirtió en el símbolo del nepotismo y de las patrañas políticas que imperaban en la Liga Norte de Bossi. Renzo, también conocido como «el trucha» fue colocado en un puesto privilegiado de la lista en las elecciones a la Región de Lombardía, siendo elegido diputado regional. Después, tras descubrirse las corruptelas, se vería obligado a dimitir.