Occidente señala a Rusia por el derribo del avión en Ucrania

En Moscú, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que su país haya participado de alguna manera en el derribo del vuelo MH17 (Amsterdam-Kuala Lumpur) y advirtió que las acusaciones lanzadas por Kiev «son prematuras y pretenden ejercer presión sobre la investigación». Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso daba a entender que el disparo del misil que abatió la aeronave malasia fue efectuado por el Ejército ucraniano.

Putin se mostró este mediodía más pacifista que nunca. Durante un encuentro con Kiril, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, celebrado en un monasterio cercano a Moscú, el presidente ruso afirmó que «en Ucrania debe ser restablecida la paz lo antes posible y para ello deben comenzar contactos directos entre todas la partes enfrentadas». Putin dijo haber pedido ayuda a Kiril para lograrlo. Aseguró también estar en contacto permanente con su homólogo ucraniano, Piotr Poroshenko. Antes de verse con el Patriarca, el jefe del Kremlin instó a realizar una investigación «escrupulosa y objetiva».

Según comunicado del departamento de prensa de la Presidencia rusa, Putin habló por teléfono con el primer ministro holandés Mark Rutte, a quien le dijo que «esta tragedia ha demostrado de nuevo la necesidad de una solución urgente y pacífica a esta aguda crisis en Ucrania».

Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama recordó que el siniestro del avión de Malaysia Airlines que se produjo «sobre un área controlada por los rebeldes» prorrusos y pidió hoy un alto el fuego inmediato en el este de Ucrania para permitir una investigación sobre la tragedia. Obama recalcó que lo ocurrido muestra que «ya es hora de que se restablezcan la paz y la seguridad en Ucrania». Para el líder estadounidense, lo ocurrido ayer es un nuevo motivo para exigir a Moscú que deponga su actitud y redoblar la presión diplomática, algo que hizo reiterando que Rusia podría sufrir nuevas sanciones por su política en la crisis ucraniana.

Antes que Obama, Washington ya había abundado en esa línea por boca de su embajadora ante las Naciones Unidas, Samantha Power, que descartó que las fuerzas de Kiev pudiesen haber derribado la aeronave , aseguró que las milicias prorrusas disponen de ese tipo de armas y recordó que en los últimos días han abatido varios aviones militares ucranianos. «Esto sigue un patrón de acciones de los separatistas respaldados por Rusia», defendió la embajadora, que concluyó tajante que «Rusia puede terminar esta guerra».

También Londres cargó las tintas sobre Rusia. El embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, denunció que Rusia ha suministrado «sistemáticamente» armas, equipamiento y apoyo logístico a los sublevados del este de Ucrania. «El Reino Unido urge a Rusia a reflexionar cuidadosamente sobre la situación que ha creado. Urgimos a Rusia a cesar su política de apoyo a los grupos separatistas armados y sus acciones violentas», añadió.

También el representante francés, Gérard Araud, llamó a Rusia a dejar de respaldar la guerra en Ucrania y a demostrar con actos sus palabras en favor de una solución dialogada al conflicto.

Desde Berlín, la canciller Angela Merkel mantuvo una conversación telefónica con el presidente ucraniano Petro Poroshenko.Según un comunicado emitido por la Cancillería alemana, ambos coincidieron en exigir a Rusia que utilice su influencia sobre los rebeldes separatistas para que depongan su actitud violenta.