Los kurdos rompen Irak tras conquistar el petróleo de Kirkuk

La desbandada del Ejército iraquí facilita que kurdos y suníes se repartan el país

Los kurdos rompen Irak tras conquistar el petróleo de Kirkuk afp

mikel ayestaran

De la enorme base de K-1 a las afueras de Kirkuk solo quedan los muros de cemento y las banderas de Irak. Todo el arsenal y vehículos abandonados por el Ejército están en manos de los Peshmerga (milicianos kurdos) que los han llevado a ... lugar seguro. La caída de Mosul tuvo un efecto dominó y además de afectar a Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein, también llegó a Kirkuk, importante centro petrolero que los kurdos reivindican como su capital histórica y que ahora controlan completamente.

Un control que c on el paso de los días se ha extendido a todas las zonas que desde 2003 tenían en disputa con el desaparecido Gobierno de Bagdad por lo que la región autónoma (KRG, según sus siglas en inglés) cuenta con nuevas fronteras que sus fuerzas delimitan en las provincias de Nínive, Diyala, Saladino y, especialmente, Kirkuk.

En las calles de Kirkuk, capital de la provincia del mismo nombre, lo único que recuerda hoy que formalmente es parte de Irak son las banderas en los uniformes de la Policía de tráfico, «pero pronto los cambiaremos, es cuestión de días», bromean los agentes que ya se ven con la enseña a franjas roja, blanca y verde con el sol en medio luciendo en sus mangas.

Un tono que no es compartido dentro del bunquerizado edificio de la Gobernación donde el vicegobernador, Rakan Saed, asegura que « es una pesadilla, pero imagino que se trata de algo temporal , en cuanto se supere la crisis el Ejército volverá y Kirkuk será de nuevo zona administrada por Bagdad». La huida de los militares –había diez mil hombres destinados a la provincia dentro de la División 12– sorprendió a este político que admite el «apoyo popular a una revuelta que es mucho más que Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL). Los suníes quieren un cambio y aunque la alternativa no sea la soñada, prefieren esto a seguir con el Gobierno».

Los funcionarios repasan el mapa de una provincia en la actualidad dividida casi al cincuenta por ciento entre kurdos e insurgentes y en la que se producen choques puntuales en los lugares donde unos y otros quieren situar una nueva frontera que deja bajo control kurdo las áreas con recursos energéticos.

«Podríamos atacarles, pero nuestra función es garantizar la seguridad del Kurdistán, estamos protegiendo nuestro territorio», señalan mandos militares kurdos consultados que dan por anexionadas las zonas en disputa y son conscientes de que no será sencillo compartir frontera con el EIIL. El punto más al sur del nuevo Kurdistán es la ciudad de Chanaqin, provincia de Diyala, a tan solo 145 kilómetros de Bagdad.

Capital kurda

En Kirkuk conviven kurdos, árabes y turcomanos. Esta ciudad de más de un millón de habitantes está situada 300 kilómetros al norte de Bagdad y descansa sobre interminables campos de petróleo y gas. Aquí se produce el treinta por ciento del petróleo que exporta el país cada día, unos 450.000 barriles, pero el estallido de la crisis ha obligado a detener la exportación, según las autoridades.

Además del petróleo –que dará aún más solidez al proyecto independentista que persiguen las autoridades kurdas de cara al futuro-, no se puede entender el rápido movimiento militar de Erbil sin tener en cuenta la campaña de arabización llevada a cabo por Sadam Husein y que provocó el éxodo de miles de familias kurdas cuyo lugar fue ocupado por árabes de todo Irak.

Para intentar resolver los males causados por este desplazamiento masivo las autoridades iraquíes aprobaron el artículo 140 de la Constitución que establece la necesidad de impulsar a normalización de Kirkuk para poder hacer un censo y posteriormente celebrar un referéndum en el que sean los ciudadanos quienes decidan si quieren formar parte del Kurdistán, donde en la actualidad hay unos cinco millones de kurdos, o seguir dependiendo de Bagdad.

«Hasta ahora 35.000 familias kurdas han regresado y 17.000 árabes han salido de Kirkuk. Hemos superado la fase de normalización y ahora toca el censo y el referéndum. El hecho de que las tropas kurdas estén ahora aquí no debe significar que habrá referéndum», opina Mohamed Khalil Al Joubury, responsable de la Oficina del artículo 140. Al Joubury habla de « revolución suní » y piensa que “el EIIL apenas es el cinco por ciento de todos los grupos armados que se han movilizado, pero son los mejores haciendo propaganda”.

El nuevo Irak post Mosul

El reparto de Kirkuk forma parte del nuevo Irak posterior a la caída de Mosul que «nunca volverá a ser el mismo», declaró a la cadena BBC Nechirvan Barzani, primer ministro de KRG, para quien Nuri Al Maliki debe abandonar el poder porque «ya no hay confianza». Después de un apoyo político de ocho años a los gobiernos del líder chií, las disputas por el petróleo han dinamitado el pacto kurdo-chií. La KRG quiere exportar crudo sin la supervisión de Bagdad y ya ha demostrado que es capaz de hacerlo como se ha demostrado en las últimas horas con un envío totalmente por medios kurdos a Israel.

Desde Bagdad califican esta última crisis de «conspiración kurdo-suní» contra el Gobierno, pero pese a la movilización de miles de voluntarios chiíes tras la fatua del Gran Ayatolá Sistani las autoridades tienen muy complicado recuperar por la fuerza el terreno perdido en las últimas dos semanas. «Ahora hay que sentar en la misma mesa a las tres partes y buscar una solución para seguir viviendo juntos», señaló Barzani, heredero de uno de los dos clanes que, junto al Talabani, son los responsables de este nuevo Kurdistán que ha removido las fronteras internas de Irak.

Los kurdos rompen Irak tras conquistar el petróleo de Kirkuk

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