Al menos 8 muertos en el ataque a varias iglesias de Nigeria

«Comenzaron a disparar contra todo lo que se movía en los centros religiosos», reconocía Dominic Esin, portavoz policial del estado.

La nueva matanza se produce casi dos meses después de que, el pasado 14 de abril, milicianos de Boko Haram atacaran un internado femenino de Chibok, en el Estado norteño de Borno, secuestrando a más de 200 niñas. Desde entonces, cerca de un millar de personas han perdido la vida en ataques protagonizados por el grupo armado.

La tendencia es absoluta. Solo en los primeros tres meses del año, los enfrentamientos entre el Ejército nigeriano y la milicia rebelde se cobraron más de 1.500 muertos, la mayoría civiles. A su vez, desde 2009, se estima que al menos 5.000 personas han perdido la vida a manos del grupo armado, quien pretende instalar un Gobierno islamista en la región. Precisamente, la última semana ha visto un recrudecimiento excelso de los ataques, con más de 200 muertos en los últimos días.

Éste es el caso del asedio registrado en la localidad de Attagara, donde miembros del grupo terrorista, vestidos con ropas del Ejército nigeriano, aniquilaban a al menos una treintena de personas después de conducirlas a una iglesia local para luego abrir fuego contra ellos.

Unas acciones que siembran aún más dudas sobre el presente y futuro de las jóvenes secuestradas, después de que los raptores difundieran un vídeo a comienzos de mayo en el que exigían la excarcelación de varios de sus miembros retenidos en las cárceles del país como moneda de cambio de las jóvenes capturadas.