El Ejército de Tailandia negocia para evitar otra revuelta de los «camisas rojas»
El general Prayuth convoca a la ex primera ministra, Yingluck Shinawatra, para atajar la inestabilidad y alcanzar un acuerdo con la oposición
pablo m. díez
Mientras la comunidad internacional condena unánimemente el golpe de Estado en Tailandia , el Ejército negocia con los miembros del Gobierno derribado para neutralizar posibles protestas de sus seguidores, los «camisas rojas». El objetivo es que no se repita una revuelta como la que sacudió ... a Bangkok en la primavera de 2010, que en dos meses de guerrillas urbanas y barricadas se cobró casi un centenar de muertos y 1.800 heridos.
Con el fin de atajar la inestabilidad política y social, el jefe del Ejército, el general Prayuth Chan-ocha, convocó este viernes a la ex primera ministra, Yingluck Shinawatra, y a una veintena de sus colaboradores a una reunión en unas instalaciones militares de Bangkok. Según la agencia Reuters, Shinawatra respondió a la solicitud personándose en la cita, pero no se sabe aún si se entrevistó con el general ni el contenido de su charla. Tras recabar su opinión, el jefe del Ejército, que se ha autoproclamado primer ministro , tiene previsto informar al venerado rey Bhumibol de sus planes para el país.
El general Prayuth, que tiene ya 60 años y se retira en 2015, asegura que solo pretende acabar con el caos reinante en Tailandia desde noviembre, cuando empezaron unas protestas antigubernamentales que han dejado 28 muertos y 700 heridos. Para ello, está obligando a los dos bandos que se disputan el poder a alcanzar una salida negociada a la crisis.
Por un lado está el Gobierno de la ex primera ministra Yingluck Shinawatra, que fue destituida hace tres semanas por el Tribunal Constitucional por abuso de poder. Hermana del magnate y ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derribado por otro golpe militar en 2006 y se exilió en Dubai para evitar una condena por corrupción, cuenta con el apoyo de los «camisas rojas». Así se conoce a los campesinos de las pobres provincias agrícolas del interior y a las clases bajas, que les han dado la victoria en todas las elecciones celebradas desde 2001.
Frente a ellos aparecen los «camisas amarillas», que representan a la clase media y alta urbana, han adoptado el color real y cuentan con el apoyo del Ejército. Tras acusar a Thaksin Shinawatra de corrupción y populismo, piden una reforma del sistema electoral y han saboteado los últimos comicios, que se celebraron en febrero y se repetirán en verano porque numerosos colegios no pudieron abrir sus puertas.
Mientras prosigue la inestabilidad, continúa debilitándose la economía tailandesa, que depende en buena parte del turismo y se contrajo un 2,1 por ciento durante el primer trimestre por la caída del número de viajeros al, hasta ahora, «país de la sonrisa».
El Ejército de Tailandia negocia para evitar otra revuelta de los «camisas rojas»
Noticias relacionadas
- Tailandia y la costumbre del golpeTailandia y la costumbre del golpeTailandia y la costumbre del golpeFabra mira hacia arribaValdepeñas inaugura Las Catas de ABCTailandia y la costumbre del golpeTailandia y la costumbre del golpe
- EE UU valora sanciones tras el golpe de Estado en Tailandia
- El turismo tailandés perderá 3.000 millones de euros por la revuelta
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete