La policía turca abre fuego contra una manifestación violenta en Estambul

Un hombre de 30 años, identificado como Ugur Kurt, fue alcanzado en la cabeza, y murió horas después a consecuencia de la herida. Kurt, que trabaja como limpiador municipal, no participaba en la manifestación, sino que había acudido a un funeral en el «cemevi» local, el centro religioso de la comunidad aleví. En un video recogido por una cámara de seguridad puede verse cómo varias personas, incluyendo a mujeres y ancianos, se asoman a la calle al escuchar el ruido de los disturbios, cuando Kurt se desploma en el suelo al recibir el impacto de una bala perdida.

El gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, ha reconocido el uso de armas de fuego por parte de los agentes. «Hay imágenes en los medios que muestran las pistolas. Se van a investigar todos los detalles, tanto en el aspecto judicial como en el administrativo. Sin embargo, se realizó un ataque con cóctel molotov contra una unidad de policía que estaba aparcada junto a una escuela para proporcionar seguridad», indicó.

Mutlu ha hecho un llamamiento a la calma, antes de que «la tristeza se convierta en un duelo masivo». Durante la madrugada se han producido nuevos disturbios violentos en la zona, en los que los manifestantes han vuelto a utilizar cócteles molotov contra la policía.

El incidente ocurrió en el conflictivo barrio de Okmeydani, lo que explica muchas cosas. La población de este distrito está fuertemente dividida entre partidarios del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan y el Partido de la Felicidad, ambos islamistas, y miembros de la comunidad aleví, muchos de ellos secularistas o militantes de organizaciones de izquierda.

De allí era originario Berkin Elvan , el niño de 15 años que permaneció más de medio año en coma tras recibir el impacto de un bote de gas lacrimógeno de la policía durante las protestas antigubernamentales del pasado verano. Elvan era kurdo y aleví, lo que lo convirtió en un símbolo de la presunta violencia del gobierno contra las minorías. Su muerte, el pasado marzo, desató varias jornadas de enfrentamientos entre grupos militantes de ambos bandos en el barrio, que solo se calmaron ante la intervención de las unidades antiterroristas de la policía.

Los más de 15 millones de alevíes de Turquía son una de las minorías más importantes del país, donde conforman más de un cuarto de la población, a pesar de lo cual han sido sistemáticamente discriminados por las autoridades . Se les niega, por ejemplo, el estatus de templo para los «cemevis», por lo que tienen que registrarlos como «centros culturales». Y el AKP también ha ofendido muchas sensibilidades al insistir en que el futuro tercer puente sobre el Bósforo, ya en construcción, será llamado Sultán Yavuz Selim, un monarca de los siglos XV y XVI conocido por masacrar a más de cuarenta mil alevíes durante las guerras con el Imperio Safávida de Persia.

Además, las comunidades alevíes a menudo han sido víctimas de matanzas por parte de ultranacionalistas y radicales suníes, como en Kahramanmaras en 1978 o Sivas en 1993, o de las propias fuerzas del orden, como en el barrio estambulí de Gaziosmanpasa en 1995, en un incidente que guarda muchos paralelismos con lo sucedido ayer, aunque a una escala mucho menor. Por cosas como esta, los alevíes han compuesto a menudo una fracción importante de las organizaciones armadas de Turquía, como el marxista DHKP/C .