Liberado uno de los observadores de la OSCE secuestrados en Slaviansk

Esta mañana los milicianos prorrusos han mostrado a los observadores militares retenidos desde el viernes como un auténtico trofeo de guerra . El salón de plenos del ayuntamiento ha sido escenario de una rueda de prensa en la que el coronel del Ejército alemán, Axel Schneider, ha compartido mesa con el autoproclamado alcalde rebelde Vyacheslav Ponomaryov.

«Nos están tratando bien», ha repetido el oficial germano con rostro muy cansado y marcando cada una de las palabras que pronunciaba, «pero no saben los que es la Carta de Viena, desconocen nuestra misión». Schneider asegura «no saber nada» de las gestiones de la OSCE para su liberación y espera que «todo se solucione pronto y nos liberen a los extranjeros, pero también a los militares ucranianos que nos acompañan».

«No tenemos indicaciones de cuándo seremos enviados de vuelta a nuestrs países», ha añadido, precisando que el alcalde de facto de la ciudad y líder de los separatistas, Viacheslav Ponomariov, ha garantizado la seguridad de los retenidos.

En su primera aparición en público desde que fueron retenidos el viernes, los siete oficiales el equipo de observación y su intérprete han sido llevado a una sala en la que esperaban periodistas en la sede de la administración de la ciudad, tomada por los separatistas. En la sala también había guardias vestidos de camuflaje y con pasamontañas armados con Kalashnikov.

La liberación de los demás observadores militares internacionales retenidos el viernes sigue pendiente de un hilo. Vyacheslav Panomarev, el líder prorruso en Slaviansk, al este de Ucrania, ha declarado «prisioneros de guerra» a la decena de observadores internacionales de la OSCE secuestrados el pasado viernes. Además, ha hecho pública con la difusión de un vídeo la detención de tres oficiales ucranianos.

El líder separatista exige a las autoridades de Kiev el canje de rebeldes como condición «fundamental» para liberar al grupo de observadores retenidos. En total son 13 personas (cinco ucranianos, tres soldados alemanes, un traductor alemán, un soldado de la República Checa, otro de Polonia, otro de Suecia y otro de Dinamarca), y están acusados por Denis Pushilin, máximo representante de la República Popular de Donetsk (RPD) de «ser espías de la OTAN».

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha anunciado este domingo el envío de un equipo de negociación a Slaviansk, en el este de Ucrania, en el intento de lograr la resolución de este conflicto.

El presidente recordó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que se encuentra «aislado» y que la clave del problema se encuentra en «respetar la integridad territorial» de Ucrania amenazada por los grupos prorrusos y no es una nueva «Guerra Fría». Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron el jueves en Ginebra un acuerdo que obliga, entre otras cosas, a desarmar a las milicias irregulares prorrusas y a desalojar las sedes oficiales.

No obstante, las milicias prorrusas insisten en que antes deben desarmarse los grupos ultranacionalistas del oeste, como el Sector de Derechas y el Maidán (corazón de las protestas en Kiev). Según el presidente de EE.UU., Moscú ha incumplido lo acordado en Ginebra y continúa apoyando a los milicianos enfrentados con Kiev, lo que tendrá «consecuencias» en forma de sanciones.