Portugal recuerda los claveles entre la nostalgia del pasado y las dudas del presente
Hoy se cumplen 40 años de la Revolución de los Claveles, el golpe militar que acabó con la dictadura de Salazar. Cuatro décadas después, el sistema muestra señales de debilidad
Portugal recuerda los claveles entre la nostalgia del pasado y las dudas del presente
Cuarenta años después del golpe militar del 25 de abril de 1974, que acabó con la dictadura en Portugal, los portugueses comparten la idea de que el país está incomparablemente mejor que entonces. Se suceden las celebraciones y las actividades por todo el territorio para ... recordar la revolución pacífica protagonizada por los militares que posibilitó la llegada de la Democracia. Pero este aniversario y todas las emociones que se reviven al recordar el que fue para muchos el mejor día de sus vidas no puede esconder la realidad que se vive en el país vecino. La austeridad se ha instalado en la casa de muchos portugueses sin previsión para que acabe a corto plazo y ha llevado a muchos jóvenes a abandonar su país.
Pocos días después de la revolución se vivió un momento de júbilo en las calles, coincidiendo con la festividad del 1 de mayo, día del trabajador. Se luchó por conquistar los derechos a los que se habían visto privados durante décadas, como el de la libertad de expresión. Pero cuarenta años después de la señalada fecha los portugueses han perdido esa alegría e ilusión. Hay nostalgia de esos años, de esa fuerza de una sociedad que mostró al mundo cómo hacer una revolución pacífica. “Existe resistencia, contestación, manifestaciones y manifiestos pero la insatisfacción por la Democracia está en los niveles más bajos de siempre”, explica a ABC el sociólogo luso André Freire. Haciendo un análisis de todo lo que pasó después, cree «que no se hizo la pedagogía que se debía haber hecho sobre los beneficios de un sistema democrático y de todo lo conseguido hasta ahora». Pocos ven posible una nueva revolución pero hay una enorme esperanza en que este 40º aniversario sirva para despertar a los portugueses a la realidad, sea un momento de reflexión y una señal de esperanza.
«La sociedad portuguesa está incomparablemente mejor ahora que hace cuarenta años, a pesar de la actual crisis», subraya el sociólogo, quien no identifica «ninguna transformación revolucionaria. Ha habido resistencia y movilización de los ciudadanos a diferentes niveles y hay figuras importantes que han tomado sus posiciones. Todos están descontentos pero se quedan callados. Y en el sistema político y partidario las respuestas son más débiles, no aparecen nuevos partidos». Para André Freire “el futuro de Portugal depende de la movilización ciudadana y del papel de los partidos. Pero existe el riesgo de que las democracias portuguesas se estén vaciando». Y entre los problemas que considera que identifican a su país se encuentra el del buen alumno, »queremos siempre portarnos bien y tenemos vergüenza de asumirnos como un Estado miembro de la UE y dar sus opiniones. Hay un déficit de afirmación de Portugal».
Nuevas historias que contar
Son muchas las historias del 25 de abril que se han escrito y contado en los medios portugueses a lo largo de estas últimas cuatro décadas. La Revolución de los Claveles ha dado origen a músicas, películas , libros y muchos escritos. Y a pesar de todo sigue habiendo historias escondidas de los que fueron los protagonistas de un día inolvidable para el país. Una de ellas acaba de ser publicada en el libro “Los chicos de los tanques”, de Alfredo Cunha y Adelino Gomes. Durante un año los autores buscaron a los militares que durante el 25 de abril estuvieron frente a frente, dentro de tanques, con el dedo en el gatillo, pero decidieron no disparar. Algunos de ellos habían permanecido callados sin contar nada de lo sucedido como fue el caso de José Alves Costa, el cabo apuntador que llegó a Terreiro do Paço en un tanque brindado M47 para defender el régimen. Acabó por desobedecer las órdenes de abrir fuego contra la columna de Salgueiro Maia, quien llegó desde Santarém para derrotar la dictadura. Optó por encerrarse dentro del blindado para huir así de las órdenes de su superior para que iniciase el fuego.
El papel de las mujeres
Otro de los libros ahora publicados es el de “Las capitanas de abril” de la periodista Ana Sofía Fonseca, en donde reúne el testimonio de diez mujeres de capitanes de abril. Reconoce que fue una revolución hecha por hombres pero asegura que «las mujeres existían, estaban ahí, pensaban, tenían opinión y tuvieron su papel. Fueron el gran apoyo de estos militares». Tal y como ha explicado públicamente la autora, estas mujeres eran muy jóvenes, tenían hijos pequeños y embarcaron en esta aventura. Ofrece en este libro una visión más humana de los protagonistas de la revolución que fueron hombres cuya mayor dificultad al asumir el golpe fue despedirse de sus familias.
Actos del 25 de abril
Como todos los años tendrá lugar en el Parlamento luso una sesión conmemorativa del 25 de abril en la que participan todos los partidos políticos. Comenzará a las 10 horas y estará presidida por el presidente de la República y el primer ministro. Por tercer año consecutivo el grupo de “Capitanes de abril” protagonistas de la revolución, no estarán en el Parlamento como forma de mostrar su descontento con el actual Gobierno. La Asociación 25 de Abril estará en el Largo do Carmo, a las 11 de la mañana y su presidente, Vasco Lourenço , discursará evocando a Salgueiro Maia. Ha hecho un llamamiento a la sociedad portuguesa para que participe en el acto y ya está confirmada la presencia del expresidente luso Mario Soares .
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