La impotencia ucraniana en Crimea provoca las primeras grietas en Kiev

El penoso espectáculo dado en Crimea por las Fuerzas Armadas ucranianas, que han sido desalojadas por el Ejército ruso de sus acuartelamientos en la península sin prácticamente resistencia, forzó ayer la dimisión del ministro de Defensa, el almirante Ígor Teniuj, que llevaba en el cargo escasas semanas.

La Rada Suprema (Parlamento) aceptó la renuncia de Teniuj y el presidente en funciones, Alexánder Turchínov, le echó incluso un capote afirmando que “Rusia esperaba respuesta a su agresión, deseaba un enfrentamiento militar directo, que hubiera provocado la muerte de cientos de civiles, y así tener la excusa para invadir la Ucrania continental, pero el plan no funcionó gracias a la paciencia del Ministerio de Defensa”. Estos argumentos fueron ya esgrimidos por propio Teniuj cuando aparecieron las tropas rusas en Crimea.

Pero lo cierto es que, según el subjefe del Estado Mayor del Ejército ucraniano, el general Alexánder Rozmaznin, cerca del 50%” de los militares que estaban destacados en Crimea se han pasado a las tropas rusas. Ucrania ha perdido además casi toda su flota y la totalidad de los cuarteles que tenía en la península, incluyendo sus arsenales. Al mismo tiempo, por lo menos cinco oficiales ucranianos siguen prisioneros del Ejército ruso.

El líder de la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR), el boxeador Vitali Klichkó , uno de las figuras visibles durante las protestas en el Maidán y candidato a las presidenciales de mayo, intervino en el hemiciclo para culpar al Gobierno del “desastre” sufrido en Crimea. Según sus palabras, “es hora ya de hacer un balance de la actuación de las autoridades”.

A juicio de Klichkó, debe ser también discutida la posibilidad de reemplazar a Turchínov, contra quien ayer no progresó una moción de censura. El presidente de la Cámara y jefe del Estado en funciones pertenece al partido Batkívshina (Patria), encabezado por Julia Timoshenko , que dirigió el Ejecutivo, y por el actual primer ministro, Arseni Yatseniuk. Esta formación fue también impulsora del levantamiento contra Yanukóvich y en la actualidad es la que mayor presencia tiene en el Gobierno. El boxeador criticó también la “ineficacia” del Ejecutivo a la hora de combatir el separatismo en el este del país.

Mucho más crítica y contundente fue la intervención dirigida a Timoshenko del diputado Anatoli Gritsenko, ex ministro de Defensa, que tachó al Gobierno de “falta de profesionalidad” y de haber demostrado “verdadera desidia” a la hora de evitar la pérdida de Crimea. “Este Ejecutivo ha desmoralizado, no sólo a las tropas en la península, sino también a todo el Ejército, ha sembrado la desconfianza en el poder y provocado intranquilidad e indignación entre la población”. “De estos fallos se está aprovechando el enemigo, que actúa cada vez con mayor descaro”, añadió.

Teniuj fue sustituido ayer por el coronel de guardafronteras, Mijáil Kóval, de 58 años, quien aseguró ser consciente de la responsabilidad que sobre él recae en la actual situación de tensión que vive el país con la vecina Rusia. Kóval prometió que el Ejército defenderá a Ucrania de cualquier amenaza externa.

El otro frente de discordia abierto ayer ha sido la extraña muerte de Muzichko, un radical cuya ferocidad ha quedado demostrada a través de diversos episodios recogidos por vídeos que las televisiones rusas muestran sin cesar para argumentar las acusaciones de “connivencia con el fascismo” que Moscú lanza repetidamente contra las nuevos dirigentes ucranianos.

Según el Ministerio del Interior ucraniano, el coordinador de “Pravi Séktor” murió en un tiroteo en la noche del lunes cuando fuerzas especiales de la Policía trataron de detenerle en la localidad de Rovno, en el oeste del país. Contra Muzichko había sido extendida una orden búsqueda y captura por “crímenes de guerra” en Chechenia.

Sin embargo, sus compañeros de partido sostienen que fue detenido mientras se encontraba “tranquilamente” en un café de Rovno. Luego fue esposado y llevado a un lugar desconocido, en donde, según el líder de “Pravi Séktor”, Dmitri Yárosh, recibió un tiro a bocajarro en el corazón. Este grupo ultraderechista, que organizó el servicio de orden del Maidán, ha anunciado que vengará la muerte de Muzichko. Ha exigido además la dimisión del ministro de Interior, Arsén Avákov, y la detención de los agentes de la unidad “Sókol” (halcón) que tomaron parte en la operación para reducir a Muzichko. Yárosh está buscado por la Justicia rusa.