TRAGEDIA AÉREA
Malasia se prepara para una «búsqueda larga» del desaparecido vuelo MH 370
A 2.500 kilómetros de Perth, los aviones de Australia y Estados Unidos no hallan los posibles restos detectados por satélites
PABLO M. DÍEZ
Cuando se cumplen justo dos semanas de su desaparición, prosigue el misterio sobre el paradero del vuelo MH 370 de las aerolíneas de Malasia, que cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Pekín con 239 personas a bordo. Y así continuará durante bastante tiempo porque, ... según anunció ayer el ministro de Transportes de este país, Hishammuddin Hussein, «la búsqueda será larga».
Aunque los satélites han detectado al sur del Océano Indico dos objetos que podrían pertenecer al aparato, ya que uno de ellos mide 24 metros de largo, cinco aviones de Australia y Estados Unidos desplazados ayer a la zona no los encontraron. Tal y como detalló en un comunicado la Autoridad de Salvamento Marítimo de Australia, a los tres aviones Orión P-3 de sus Reales Fuerzas Aéreas se unió un aparato civil Bombardier Global Express. Por su parte, Estados Unidos envió un avión de vigilancia P-8 Poseidón, un sofisticado modelo antisubmarinos y antibarco cuyos radares pueden barrer 15.000 millas náuticas (38.500 kilómetros cuadrados) en una hora de vuelo.
A 2.500 kilómetros al suroeste de la ciudad australiana de Perth, la búsqueda se concentra en un área de 23.000 kilómetros a medio camino de unas islas deshabitadas del Antártico de posesión francesa. Un lugar tan remoto que obliga a los aviones a volar cuatro horas, lo que sólo les permite rastrear la zona durante un par de horas más antes de regresar para repostar.
De visita en Papúa Nueva Guinea, el primer ministro australiano, Tony Abbot, daba buena cuenta de la dificultad que entrañaba la misión al asegurar que «es prácticamente el sitio más inaccesible que uno pueda imaginarse», pero prometía que «si hay algo allí abajo, lo encontraremos». Aunque esta pista es la más creíble hallada hasta la fecha, Abbot avisó de que los objetos detectados por los satélites «podrían ser sólo contenedores que se han caído de un barco».
A la lejanía y tamaño de la zona de búsqueda se suma que las imágenes de los satélites fueron tomadas el domingo, por lo que la corriente podría haber desplazado los objetos detectados. También cabe la posibilidad de que se hayan hundido, como admitió ayer el viceprimer ministro de Australia, Warren Truss. «Algo que estaba flotando en el mar es posible que se haya ido al fondo», explicó a los periodistas en Perth, según informó la agencia Reuters .
Un rastreo global
Un mercante noruego que transporta coches de Sudáfrica a Australia, el «Hoegh St. Petersburg», colabora en la búsqueda tras desviarse de su ruta. A él se unirán otro barco comercial y un buque de la Marina australiana. China, de donde procedían 153 de los 227 pasajeros del vuelo MH 370, mandará cinco navíos de la Armada y al rompehielos «Xuelong» («Dragón de nieve»), que estaba atracado en Perth tras una expedición al Antártico. Japón también contribuirá con dos aviones Orión P-3 y el Reino Unido aportará el buque de investigación oceanográfica «Echo», dotado con los más modernos sensores de exploración submarina.
«La búsqueda tiene una perspectiva global; no ha habido nunca un dispositivo tan numeroso ni con equipamiento tan sofisticado», señaló el ministro de Transportes malasio, Hishammuddin Hussein, quien volvió a insistir en la urgencia de encontrar la caja negra antes de que se agoten sus baterías dentro de dos semanas. Además, Malasia pedirá a Estados Unidos sumergibles teledirigidos para explorar el fondo del Océano Indico, que tiene una profundidad media de unos cuatro kilómetros.
De las dos rutas que, según los satélites, pudo haber seguido el avión tras cortar las comunicaciones y cambiar totalmente su rumbo, los principales esfuerzos se están dedicando al corredor sur que lleva hasta el Océano Indico. Pero eso no significa, recordó Hishammuddin Hussein, que haya concluido la búsqueda en el corredor norte, que alcanza hasta Kazajstán, en Asia Central.
La hipótesis del «vuelo fantasma»
Mientras continúa la búsqueda del avión desaparecido de Malaysia Airlines , siguen surgiendo nuevas teorías para explicar por qué cortó sus comunicaciones y se desvió de su ruta. A las hipótesis del secuestro e incluso del suicidio de los pilotos se suma ahora la del «vuelo fantasma», apuntada por expertos en aviación y recogida ayer por el periódico australiano «Sidney Morning Herald». A juicio de este rotativo, lo más probable es que el aparato sufriera una emergencia a bordo, como una descompresión de la cabina, que primero habría impedido a los pilotos efectuar un aterrizaje de emergencia y dar la señal de alarma, y luego habría matado a la tripulación y a los pasajeros. Con el piloto automático conectado, el avión habría continuado su curso hasta quedarse sin combustible, cuando habría caído al mar.
Una hipótesis aterradora que los expertos denominan «el escenario de Payne Stewart», un golfista que falleció en 1999 cuando su jet privado sufrió una descompresión y siguió volando más de 1.600 kilómetros hasta que se estrelló en Dakota del Sur (Estados Unidos). Para el «Sidney Morning Herald» , la emergencia pudo estar causada por una corrosión de la antena del satélite que habría averiado las comunicaciones y causado una lenta descompresión o un fuego que habría inutilizado las transmisiones y consumido el oxígeno.
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