TRAGEDIA AÉREA
Malasia intenta localizar el avión perdido en un área tan grande como Castilla y León
Con 42 barcos y 39 aviones de una docena de países, el rastreo se ha ampliado al extremo opuesto donde desapareció el vuelo
Malasia intenta localizar el avión perdido en un área tan grande como Castilla y León
Han pasado ya cinco días desde la desaparición del vuelo MH 370 de las aerolíneas de Malasia y lo único que se sabe es que no se sabe nada: ni dónde puede estar el avión ni qué le ha ocurrido ni cómo ni por qué. ... Hasta ahora, ninguno de los restos hallados pertenecía al vuelo perdido. Los últimos, tres objetos de gran tamaño flotando en la zona por donde pasó el avión, han sido detectados por un satélite chino , pero aún están pendientes de verificación. [Te contamos en directo las novedades de la desaprición del avión]
La búsqueda del aparato, que cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Pekín, comenzó al noreste de Malasia, en las aguas fronterizas con Vietnam. Casi una hora después de despegar a las 00:40 del sábado (hora local), allí se perdió el contacto con la cabina cuando volaba a 11.000 metros de altitud. «All right, roger that» («De acuerdo, entendido») fueron las últimas palabras del piloto cuando la torre de control de Malasia le comunicó que pasaría a estar bajo la dirección del aeropuerto de Ho Chi Minh al entrar en espacio aéreo vietnamita. El mensaje, desvelado ayer por la compañía aérea a los familiares de los pasajeros alojados en el Hotel Lido de Pekín, indicaba que todo iba bien en el vuelo, pero minutos después se evaporó del radar.
Ante la sospecha de que el avión hubiera caído al agua, la búsqueda se concentró primero en dicha zona, donde el Golfo de Tailandia se encuentra con el Mar de China Meridional. Pero, a medida que transcurrían los días sin que ningún resto hallado perteneciera al vuelo MH 370, el rastreo se ha ampliado justo al extremo opuesto de la Península Malaya, por donde discurre el Estrecho de Malaca frente a Indonesia.
Según las lecturas de los radares, el avión perdido pudo haberse girado de su ruta en pleno vuelo y cambiado el rumbo sin avisar a la torre de control, como es preceptivo. Poco después de su desaparición, un radar militar detectó a las 2:15 de la madrugada un avión al noroeste de la isla de Penang, en la costa occidental de Malasia y a unos 400 kilómetros del lugar donde se perdió el contacto. Aunque algunas informaciones apuntaron al principio que era el Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines , el jefe de las Fuerzas Aéreas, Rodzali Daud, lo desmintió ayer al afirmar que «es un aparato no identificado que estamos tratando de comprobar con los expertos».
Con 42 barcos y 39 aviones de una docena de países, la búsqueda se ha extendido ya incluso al sur de la turística isla tailandesa de Phuket y al este de la provincia indonesia de Aceh y de las islas indias de Nicobar. En total, la flotilla internacional está peinando una superficie de 27.000 millas náuticas (93.000 kilómetros cuadrados), tan grande como Castilla y León.
Críticas a Malasia por el caótico rastreo
A la incertidumbre por el paradero del avión se ha sumado la confusión que están provocando las autoridades de Malasia con sus informaciones, en ocasiones contradictorias. Un caos que está agotando la paciencia de China, de donde proceden 153 de los 227 pasajeros, y de Vietnam, que ha ordenado también la búsqueda por tierra en sus junglas hasta la frontera con Laos y Camboya, al norte del país.
Otro de los enigmas que rodea a la desaparición del vuelo de Malasia es el de las «llamadas fantasma». Algunos familiares de los pasajeros aseguran que los han telefoneado a sus móviles y que han escuchado el tono de la llamada , pero nadie les ha contestado ni respondido a sus mensajes. También hay quien dice que ha visto los números de los pasajeros conectados a WeChat o QQ, dos servicios de mensajería que requieren internet. En el hotel de Pekín donde están alojados los familiares de los pasajeros, así lo jura el amigo de uno de los ocupantes del avión perdido, apellidado Zhou. Tal y como reveló a una melé de periodistas que lo acosaban con sus cámaras, «su QQ estuvo encendido el domingo durante un par de horas». Desesperados, los parientes de los pasajeros están hartos de exigir la búsqueda de dichos móviles con satélites, pero aún no se sabe si estas señales de cobertura no son más que fallos de la red.
Como los pilotos deben avisar en caso de desviarse de su ruta, el supuesto giro del avión añade aún más incertidumbre a este misterioso caso y abre la hipótesis de que pudo haber sufrido un secuestro. Pero ésta es otra más de las muchas teorías que se barajan, que van desde el accidente por fallo mecánico hasta el atentado pasando por fuertes turbulencias e incluso el suicidio del piloto.
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