Álvaro Uribe mide sus fuerzas frente a Santos en las elecciones legislativas

Pese a que Uribe y Santos gobernaron juntos —Santos fue el ministro de Defensa estrella que logró doblegar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC, la primera guerrilla del país )—, cuando fue elegido como sucesor de Uribe, hizo todo lo contrario a su mentor: se sentó a negociar la paz en La Habana . Uribe no soportó la traición. «En este gobierno crece el terrorismo y muere la industria», ha dicho una y otra vez. «No me siento bien jubilado, mientras tenga energías hay que gastarlas por la patria», agregó.

Por eso estas elecciones legislativas tienen un trasfondo político importante. «Si el Centro Democrático saca 30 senadores como creen los uribistas, el elegido para llevar las banderas por ese movimiento sería catapultado a un nivel que hoy aún no se vislumbra. Si por el contrario, termina por tener 15 senadores o menos, no sólo se desinflaría ese movimiento, sino que es posible que ni siquiera pudiera pasar a la segunda vuelta presidencial», aegura a este diario un analista académico. Está claro que tres grandes partidos se repartirán el Congreso: los tradicionales Conservador y Liberal y el Partido de la U, de Santos, a quien las encuestas no favorecen —un 60% de los colombianos está contra la relección—.

El diario «El Espectador» mostró cómo entre el 1 y el 24 de enero pasado, los ministerios celebraron 1.657 contratos por unos 600 millones de dólares, un presupuesto 20 veces superior al del año pasado. Para la oposición esta es una manera de engrasar la maquinaria para la reelección, pues los «dueños» de parte de esos contratos y quienes deciden quién y cómo se ejecutan, son los congresistas.