Ocho años de cacería al Chapo Guzmán para encontrar una maleta rosa

El «chapo» se hospedaba en la habitación 401 y según cuentan sus vecinos al diario «Universal de México» «no hizo ruido». No se escucharon disparos, ni peleas. Nada extraño ocurrió. hasta que la Marina Armada de México sacó a dos personas con el rostro cubierto. Cuando llegó la Policía se celebraba una fiesta, nadie le reconoció.

En las imágenes que han llegado hasta los medios de esa habitación nada se sale de lo normal. Productos de higiene desparramados por la cama y una pequeña maleta rosa fucsia con un estampado de flores. El trabajo de meses por fin ha dado sus frutos. El criminal más buscado del mundo está entre rejas.

No hubo sangre. Jesús Murillo Karam, procurador general de México confirmó ayer que Guzmán fue capturado por los soldados «sin un solo disparo». «Llevábamos cinco meses supervisando activamente en Culiacán, la capital regional del estado de Sinaloa (norte)» explicaron fuentes de seguridad estadounidense.

La detención se produjo a las 06.40 horas (12.40 GMT) en una operación «impecablemente lograda» de la Marina mexicana, reveló el fiscal general, Jesús Murillo. Minutos después Peña Nieto lo confirmaba a través de la red social Twitter.

Desde el 13 de febrero se inició una operación de vigilancia ininterrumpida en la zona, que según la prensa llevó a la detención de «El Chapo» y su compañero Ismael «Mayo» Zambada, otro de los principales líderes del cártel Sinaloa.

Colaboraron las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Hasta 500 policías participaron en la cacería, dando con 301 posesiones distintas, la mayoría viviendas y coches del «Chapo».

El operativo condujo a 13 arrestos y la incautación de decenas de armas de fuego, dos lanzagranadas, un lanzacohetes, 43 vehículos incluyendo 19 tanques, 16 casas y cuatro fincas. Un patrimonio que asciende a 250 millones de dólares.

En los hogares donde el narcotraficante se había escondido la apariencia era normal, salvo por el hecho de que las puertas estaban reforzadas con acero y el subsuelo lleno de túneles para escapar.

Guzmán, de 56 años y con bigote, ofrecía una imagen muy diferente a las que circulaban de él. Aseado y con un polo bien planchado, caminó con la cabeza agachada, esposado y fuertemente sujetado por el cuello por los agentes .

México llevaba ocho años tras su cabeza. Guzmán fue perseguido sin éxito por la administración de Felipe Calderón desde 2006. Pero Peña Nieto diseñó una estrategia de corte emocional que sí triunfó. Rastreó sus vínculos, le buscó a través de su familia, amigos, y sus socios en las instituciones. Rastreó sus huellas a través de hasta siete parejas y sus hijos.

«El Chapo» ha permanecido oculto entre las sombras durante una década. Algunos informantes lo situaban en Guatemala, otras en Argentina.

La inteligencia mexicana encontró su rastro en varias zonas recónditas del Triángulo Dorado. Hasta ayer solo había sido localizado en dos áreas urbanas: Culiacán (Sinaloa) y los Cabos (en la Baja California). Hoy, la habitación 401 se convierte en mito.