Huellas digitales para prevenir el absentismo de los diputados de Kenia
Los parlamentarios del país africano, entre los mejor pagados del mundo, deberán registrarse de forma electrónica cada vez que accedan al hemiciclo
EDUARDO S. MOLANO
Absentismo con huella. El Parlamento de Kenia ha lanzado esta semana un novedoso sistema biométrico para registrar la asistencia al hemiciclo de sus diputados.
Conforme al nuevo procedimiento, los parlamentarios del país africano, entre los mejor pagados del mundo, deberán registrar sus huellas digitales de ... forma electrónica cada vez que accedan al Congreso.
En los últimos tiempos, eran habituales las denuncias de manipulación del registro manual por parte de algunos diputados, quienes se servían de colegas para que firmaran en su nombre en sesiones a las que nunca asistían (y con ello, cobrar las dietas).
Pese a ello, el portavoz del Parlamento, Justin Muturi, niega la mayor, al asegurar que el nuevo sistema no fue adoptado por el desfalco de sus diputados.
«Contrario a lo que los medios han informado, el nuevo sistema no se basa en el fraude. Es también para garantizar el cumplimiento del artículo 103 de la Constitución (que asegura que el puesto de parlamentario quedaría vacante, si éste se ausenta sin explicación en ocho sesiones)», reconoce Muturi.
Sin embargo, ésta no es la primera controversia que sacude a los diputados kenianos. El pasado junio, éstos accedieron a rebajar su sueldo en cerca de un 40 por ciento tras unas excelsas protestas ciudadanas.
En virtud del acuerdo, los 416 parlamentarios (349 miembros de la Asamblea Nacional y 67 senadores) pasaron a cobrar 532.500 chelines mensuales (unos 4.900 euros). Un número ciertamente inferior a los cerca de 7.800 euros demandados inicialmente, pero al que debe añadirse una subvención cercana a los 45.000 euros encaminada a la adquisición de un vehículo.
Polémico aumento
A pesar de la negativa del presidente Uhuru Kenyatta, a finales del pasado mes de mayo, los legisladores kenianos anunciaban un polémico aumento de sueldo, sin embargo, las protestas de la sociedad civil de Kenia -bajo el lema «Ocupa el Parlamento»- hicieron reconsiderar esta cuestión. No en vano, en Kenia, el salario mínimo interprofesional ronda los 65 euros mensuales. «Esa actitud es una muestra de impunidad, porque ya tienen suficiente. De hecho, su sueldo debería reducirse», reconocía entonces el activista Boniface Mwangi.
Solo un año antes, en agosto de 2012, la controversia era aún más mayúscula. Entonces, el portavoz de la Cámara, Kenneth Marende, reconocía que la renovación del hemiciclo había costado a los contribuyentes cerca de mil millones de chelines (alrededor de 9 millones de euros). ¿La joya de la corona? Nuevos asientos para servir de soporte a cada representante y cuyo precio era de 2.500 euros.
Huellas digitales para prevenir el absentismo de los diputados de Kenia
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete