Los «grupos de autodefensa» de Michoacán se integrarán en el Ejército mexicano

Detienen a «El Tío», otro de los líderes del cártel de Los Caballeros Templarios

Los «grupos de autodefensa» de Michoacán se integrarán en el Ejército mexicano reuters

manuel m. cascante

Las negociaciones entre el Gobierno mexicano y los “grupos de autodefensa” que se enfrentan en Michoacán al crimen organizado se han saldado con un acuerdo que contempla la legalización de estas milicias, que serán incorporadas al cuerpo de defensas rurales del Ejército y a las ... corporaciones municipales de policía municipal, una vez superen las pruebas de confianza y cuenten con el aval del ayuntamiento correspondiente.

Respecto a las armas que actualmente portan los civiles, éstas serán registradas por la Secretaría de la Defensa Nacional. El Ejecutivo federal se compromete también a dotar a las autodefensas de los medios necesarios para su comunicación, traslado y operación. Asimismo, las autodefensas entregarán una lista con los nombres de todos sus integrantes.

Alfredo Castillo, comisionado para la seguridad y el desarrollo integral de Michoacán, dijo que este acuerdo es decisivo en el cumplimiento de la estrategia de seguridad en la región. Por su parte, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, agradeció el apoyo de estos grupos para lograr las capturas de presuntos delincuentes: "Son ya 182 detenciones, de las cuales 70 son relevantes. Nos están pidiendo siete cabezas, ya capturamos a 'El Toro' y puedo confirmar (la detención) de 'El Tío'. Dennos el voto de confianza si estamos desmantelando laboratorios y plantaciones y deteniendo gente”.

En efecto, las autoridades confirmaron la captura de Dionisio Loya Plancarte, “El Tío”, uno de los líderes del cártel de Los Caballeros Templarios y familiar de su principal capo, Enrique “El Kike” Plancarte. La Procuraduría General de la República (Fiscalía) lo acusa de los delitos de delincuencia organizada, contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. “El Tío”, que se encargaba además de las “relaciones públicas” de la organización criminal, estaba escondido en un armario en el momento de su aprehensión, que se produjo sin necesidad de disparar una sola bala. El Gobierno ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos (1.800.000 euros) por información que llevara a su detención.

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