François Hollande y su Gobierno hunden el prestigio del socialismo francés

¿Cómo y cuándo se ha precipitado ese desencanto nacional contra el partido victorioso en las elecciones legislativas del mes de junio de 2012? Todo parece indicar que las políticas del presidente Hollande han tenido un efecto devastador para su credibilidad personal y para la credibilidad de su partido.

Hollande se convirtió hace meses en el presidente más impopular de la V República, al año y medio de su elección. Apenas un 20 o un 21 % de franceses dicen tener alguna forma de confianza. Jean-Marc Ayrault, primer ministro, se cotiza a un nivel de impopularidad muy semejante: otro récord histórico.

Hundida la credibilidad personal del jefe del Estado y su Gobierno, el descrédito solo ha tardado unos meses en tocar gravemente al PS. Entre la treintena de ministros y secretarios de Estado, solo Manuel Valls , ministro del Interior, tiene una cota de popularidad positiva razonablemente alta. El resto, intenta sortear como puede una falta de credibilidad considerable. «Jamás en la historia de la V República ningún gobierno ha sido colectivamente tan impopular», comenta, lacónico, Pascal Perrineau, profesor en Science Po., el gran vivero de las élites políticas francesas.

Impopularidad espectacular entre todas las capas sociales. Entre los simpatizantes del centro y la derecha, la cota de desconfianza hacia Hollande alcanza al 95 %. Pero, más sintomático, si cabe, es que un 67 % de los simpatizantes de la izquierda socialista se dicen desencantados y sin confianza en el PS, el Gobierno y el presidente de la República.