Merkel se queda sola como jefa sin rival en la Unión Europea
Desea dejar como legado político una reforma de la Unión «para corregir los errores de la construcción europea»
enrique serbeto
Durante años, la idea ha sido garantizar una Alemania europea , pero Angela Merkel parece haberse fijado la meta de lograr una Europa alemana . A quienes les preocupaba la extraordinaria influencia en Europa de la canciller Merkel de su segundo mandato, ... les debería inquietar aún más la dirigente del tercero; si antes tenía mayoría absoluta en coalición con los liberales, ahora gobierna en una gran coalición con los socialdemócratas , que alcanza una dimensión abrumadora en el Parlamento. Cuando Merkel fija una posición en Bruselas, está poniendo sobre la mesa todo el inmenso peso de un gobierno cuya oposición se ha convertido en un fenómeno residual. Y la canciller ha dejado claro que se dispone a seguir modelando a la Unión Europea según su particular concepto de Europa.
En su primer discurso después de la investidura ya adelantó que Alemania se dispone a «cumplir con sus responsabilidades y seguir impulsando la integración europea», pero por un camino diferente del que ha transitado hasta ahora y que pasa forzosamente por la revisión de los tratados . La canciller no oculta que desea dejar como legado político una reforma en profundidad para cambiar las bases de la Unión con el objetivo de «corregir los errores de la construcción europea». En esa voluntad refundadora puede tener algunas alianzas circunstanciales , incluso con la Francia de Francois Hollande que apenas logra que se le tenga en cuenta, o incluso con el británico David Cameron , al que está dispuesta a ayudar dándole argumentos para que deje de juguetear con la idea de abandonar la Unión.
Berlín, en el centro
Para el eurodiputado austriaco Hannes Swoboda , portavoz del grupo socialista en el Parlamento Europeo, no cabe duda de que Merkel «es una gran europeísta , pero la Europa en la que cree es intergubernamental , una Europa en la que los países son los que toman las decisiones y las instituciones europeas se limitan a ser un instrumento secundario de su política». Este esquema, en el que Alemania siempre será el país más grande e influyente y, por tanto, el centro de todas las decisiones, le horroriza a este veterano de la política europea, atrapado políticamente, como todos los socialistas, por el hecho de que sus correligionarios alemanes del SPD están ahora detrás de esa misma política de Merkel.
Nadie duda de que tendrá en la presidencia de la Comisión a un político de su agrado«La canciller ha demostrado con creces su compromiso con Europa», señala el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, el democristiano alemán Elmar Brok . «Su papel para la superación de la crisis de la deuda ha sido esencial» , asegura. Sin embargo, hay pocas dudas de que cuanto ha hecho Merkel por la construcción europea ha venido cortado según el patrón alemán . Merkel no ha cesado en su deseo de imponer el modelo de una Europa germanizada, basado en el principio de que no se puede pagar ni un euro de los contribuyentes alemanes en tanto el Parlamento germano no pueda controlar ese dinero o imponer condiciones estrictas.
No se trata solo de aplastar puntualmente ciertos aspectos de la legislación europea, como hizo con la normativa sobre emisiones de los coches en beneficio de los intereses de Mercedes o como amenaza con hacer ahora, cuando la Comisión Europea quiere investigar las subvenciones alemanas a las energías renovables. Ahora se trata ni más ni menos que de rediseñar Europa.
«Grosse koalition» en la UE
En las elecciones al Parlamento Europeo de la próxima primavera, la «grosse koalition» desembarcará también en la Eurocámara. Aunque en el texto de los acuerdos del pacto de legislatura la cuestión de la distribución de los puestos europeos se ha dejado en blanco, hasta ver el reparto de votos, se da por descontado que la canciller tendrá en su mano cartas muy poderosas a la hora de jugar el póker del reparto de puestos de infuencia en Europa.
Tendrá, por ejemplo, cartas muy favorables para la elección del presidente de la Comisión Europea que sustituirá a José Manuel Durao Barroso , un puesto para el que se sitúa en primera línea el actual presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schultz . Si en lugar de ser un ferviente socialdemócrata Shultz fuera democristiano, ya se estarían imprimiendo los membretes con su nombre en la sede del Ejecutivo Comunitario. Siendo alemán, se da por hecho que Merkel no dejará de apoyarlo si los socialistas obtienen un buen resultado en las elecciones. En caso contrario, situará a otro candidato del Partido Popular, en cuya elección participará directamente. En cualquier caso, Merkel tendrá en la Comisión un presidente de su agrado.
«Por ahora creo que Merkel todavía sigue pensando con la mentalidad de la legislatura anterior, que aún no ha tenido tiempo de adaptarse», explica Swoboda para mantener la leve esperanza de que su alianza con los socialdemócratas pueda llegar a matizar lo que ha sido hasta hoy una política consistente de ahormar en Bruselas la política económica al gusto alemán.
Rodillo en Europa
Sin embargo, todo indica que la canciller tardará poco en poner en marcha el rodillo político en Europa. Empezando por la u nión bancaria en la que ha logrado, por un lado, unificar políticas pero, por otro, ha obligado a mantener el control sobre su aplicación. La autoridad europea a la que Merkel quiere transferir las competencias es el Consejo, en el que Alemania siempre será el país más poderoso. Es como ceder soberanía a una autoridad que controla uno mismo. Todo ello envuelto bajo la bandera europea.
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