Sudáfrica despide a Mandela en un acto aguado por el frío y los discursos políticos
El funeral de Estado en un estadio lleno debía ser una despedida del pueblo al que liberó, pero se convirtió en un evento tedioso e institucional. Solo Obama tocó los corazones de los sudafricanos

Debía ser la gran despedida para Nelson Mandela . “Había que darle un adiós como se merece”, decía Sbongi Kumalo, una joven sudafricana a la salida del estadio Soccer City , donde este jueves se llevó a cabo el servicio funerario oficial en honor al expresidente. “Ha sido el frío”, lamentaba envuelta en una manta.
Era una de las últimas en marchar, pero la mayoría lo hizo mucho antes, cuando Barack Obama acababa de hablar . Demasiadas horas y demasiada lluvia; y demasiados discursos políticos. Al final, Desmond Tutu, el premio Nobel de la Paz , amigo personal de Mandela, el carismático luchador por los derechos humanos contra el apartheid, hablaba ante un anfiteatro prácticamente vacío,
A Tuto Motsepe lo que más le gustó fue la música. “A los sudafricanos nos gusta bailar y cantar en este tipo de eventos. Es nuestra forma de darle las gracia a Mandela”. Pero música hubo muy poca, y más de cuatro horas de discursos.
Así comenzó el funeral masivo, en un lugar abierto al público, que debía ser para el pueblo, con canciones, con centenares de personas coreando el nombre de Nelson Mandela desde las seis de la mañana en que abrieron las puertas. El estadio casi alcanzó su aforo de 90.000 personas, y pese a la falta de más color en el escenario, todos los asistentes marcharon con la satisfacción de haber rendido su último tributo a Nelson Mandela. “He pedido el día libre para venir porque este es un momento único, irrepetible”, decía Lungile antes siquiera de que empezaran a llegar los 91 jefes de Estado y de Gobierno al Soccer City.
Los compromisos geopolíticos quitaron protagonismo a los familiares de Mandela (sus nietos apenas hablaron diez minutos), sus amigos y figuras emblemáticas como Desmond Tutu . Solo Obama consiguió tocar los corazones de los sudafricanos, que le aclamaron con entusiasmo cuando llegó al estadio de Soweto junto a otro de los favoritos del público, el expresidente Bill Clinton .
En un emotivo discurso, el primer presidente negro de EEUU rindió homenaje al primer presidente negro de Sudáfrica. “Gracias por compartir a Mandela con el mundo. Su lucha fue vuestra lucha, su triunfo era vuestro triunfo. Vuestra dignidad y esperanza fue un reflejó de su vida, y vuestra libertad y democracia su legado”, afirmó Obama.
“Mandela será el gran libertador del siglo XX; nos enseñó el poder de la acción, pero también disciplinó su rabia. Reconoció algo que nos une, a veces invisible, a toda la humanidad”. “Nunca veremos a un hombre como él, pero los jóvenes africanos y del mundo, vosotros podéis hacer vuestra su vida”, añadió Obama, que se despidió con los versos de Invictus, que Mandela leía a su compañeros de prisión en sus años de cárcel en Robben Island “Soy el capitán de mi alma, soy el dueño de mi destino”.
El funeral, sin embargo, se convirtió en una verdadera cumbre política, la cumbre de la reconciliación”, con el histórico gesto de Obama dando la mano al presidente cubano Raúl Castro . El espíritu de Mandela obró el milagro.
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