Oleada de manifestaciones de estudiantes para pedir la dimisión del Gobierno búlgaro

La Universidad de Sofía San Clemente de Ojrid , la más antigua y prestigiosa del país, donde comenzaron las protestas encerrándose los jóvenes en las aulas, lleva varios días totalmente ocupada por los estudiantes. Roxana Radulova, de primer año de Pedagogía en esta universidad, explicaba así a ABC la ocupación a la que se ha sumado: «Me motiva el deseo de que de una vez para siempre se produzca un cambio en nuestra forma de vida, que ésta mejore notoriamente». Si no nosotros, ¿quién? Si no ahora, ¿cuándo? Esta es sólo una de las múltiples pancartas que portaban los jóvenes por las calles, saliendo así al paso de algunas críticas que las universidades son sólo para estudiar y que ahora no es el momento de protestar.

Un número cada vez mayor de estudiantes de diversos centros universitarios de la capital y de otras ciudades ocupan aulas solidarizándose con sus compañeros. En la Universidad de Economía Nacional y Mundial , donde dan clases varios ministros del actual gobierno, los alumnos se han encerrado en el aula justo frente al despacho del Plamen Oresharski , actual primer ministro.Profesor

A estas protestas se suman un elevado número de personas que llevan ya más de 140 días exigiendo la dimisión en pleno del gobierno. Los jóvenes y muchos de sus profesores protagonizaron ayer una marcha por el centro de la ciudad mientras una cadena humana rodeaba el Parlamento, cuya disolución es también una de las exigencias. No faltan voces que amenazan con una huelga nacional.

Una política más moral

Boriana Kiuchukova-Petrinska, profesora de Filología Española de la Universidad de Sofía, comentaba a nuestro diario: «Apoyo a los estudiantes porque comparto sus exigencias de erradicar las perniciosas prácticas partidistas en nuestra vida política y social. Debemos defender, ahora más que nunca, la moral en la política ».

El país vuelve a estar convulsionado; ayer los médicos organizaron una protesta nacional por no recibir sus sueldos; muchos hospitales están al borde de la bancarrota ya que la Seguridad Social no les transfiere el dinero que les corresponde. país gravemente enfermo Bulgaria es un , nadie logra acertar con el diagnóstico correcto, y, quizá lo peor, aún no se vislumbra la figura que pueda dar la receta para que comience el tratamiento.