Ted Cruz, el hispano renegado del Tea Party, da marcha atrás

El gran vecedor porque, ante la incapacidad de este partido de acabar con la reforma bien por vía jurídica bien a través de las urnas, optó por vincularse a la idea de defender la no financiación del Gobierno federal a menos que se eliminaran los fondos para la legislación. Hasta este miércoles la idea parecía ir por buen cauce siendo Cruz uno de los que con más intensidad ha abogado, pese a las consecuencias, por el cierre a menos que se lograra su propósito. Sin embargo, finalmente este senador republicano ha anunciado que no se opondrá al acuerdo bipartidista alcanzado en el Senado para reabrir la Administración y evitar que el país caiga en suspensión de pagos.

Con sus palabras Estados Unidos ha respirado, por unos momentos, aliviado ya que facilita las cosas en la Cámara de Representantes, donde los votos del Tea Pary son clave para desbloquear la situación. Eso sí, tras señalar que no hará uso del derecho legal que le asiste para enlentecer el trámite en el Senado, reiteró que no abandona su lucha al denunciar que el «establishment de Washington» ha vuelto a «ignorar las demandas del pueblo norteamericano».

Parece, por tanto, que además de los que salen claramente perjudicados por toda esta situación, los republicanos, el Tea Party también sale dañado de un pulso que llegaron a considerar casi ganado.

« Básicamente, forzaron el cierre del Gobierno . Han conseguido una victoria temporal», aseguraba a la agencia Efe el director del centro de estudios del Congreso y la presidencia en la American University de Washignton. De hecho, tal era su empeño por evitar que la ley de Obama siguiera adelante, que Cruz protagonizó una maniobra de bloqueo parlamentario protagonizando un discurso de más de 21 horas en el Senado sólo con el fin de paralizar el debate de la extensión temporal de la financiación federal para evitar el cierre parcial de la Administración. Ese día el senador batió un récord, ofreciendo el cuarto discurso más largo de la historia del Senado de EE.UU.

A sus 43 años parece que Cruz no ha conseguido, de momento, el gran objetivo de su partido. Eso sí, ya puede considerase el más llamativo y controvertido senador federal del momento en Estados Unidos. Si sale reforzado o no de todo esto, se verá en los próximos meses.