Turquía trata de compensar la discriminación de los cristianos siriacos
Devolverá las tierras expropiadas al Monasterio de Mor Gabriel, y permitirá la creación de escuelas especiales para esta comunidad
DANIEL IRIARTE
El estado turco devolverá a la comunidad siriaca la propiedad de la tierra en la que se asienta el histórico Monasterio de Mor Gabriel, de 1.700 años de antigüedad, en la provincia oriental de Mardin. Así lo ha determinado la Asamblea de Fundaciones, la ... institución encargada de regular las propiedades de las minorías de Turquía, en una decisión considerada histórica.
El viceprimer ministro Bülent Arinç anunció este lunes la devolución de 244.000 metros cuadrados de tierra del monasterio, en la mayor restitución de propiedad en la historia de la República de Turquía en términos de espacio. Las tierras permanecían desde 2008 en manos de las autoridades municipales, después de que el Ministerio Forestal, la Oficina de Registro del Catastro y las localidades de Yayvantepe, Çandarli y Eglence asegurasen ante los tribunales que el monasterio «ocupaba ilegalmente» dicho espacio.
El tribunal les dio la razón a los demandantes, en lo que los cristianos siriacos consideraron un caso flagrante de discriminación religiosa, y llevaron el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y a las autoridades de Ankara. El año pasado, un tribunal de apelaciones falló en contra de los siriacos.
Pero la situación parece haber cambiado con la presentación, el pasado 30 de octubre, del llamado «paquete democratizador» con el que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha tratado de aliviar los problemas de las minorías en Turquía . El propio Erdogan declaró durante la presentación: «Las tierras de Mor Gabriel serán devueltas a la fundación del monasterio», una promesa que ha tardado poco en cumplir. Ayer, el Alto Sacerdote de la Iglesia Siriaca, Gabriel Akyüz, agradeció personalmente la medida al primer ministro.
No reconocidos como minoría
Los siriacos de Turquía –una comunidad de la que apenas quedan 15.000 miembros, la mayoría en Estambul- se han visto beneficiados por otros recientes sucesos, como la autorización para abrir sus propias escuelas. A diferencia de judíos, griegos y armenios, los siriacos no están reconocidos como «minoría» según el Tratado de Lausana de 1923, por lo que hasta ahora carecían de este derecho. La semana pasada, el 13º Tribunal Administrativo de Ankara falló que también los siriacos deben ser considerados en los mismos términos que dichas minorías.
Muchos siriacos emigraron a otros países europeos durante los años 90, afectados por el conflicto entre el estado turco y la guerrilla kurda del PKK, muy activa en la zona de Mardin. Una década después comenzaron a regresar, aunque el flujo se ha visto detenido en los últimos años ante la falta de oportunidades laborales y la persistencia de cierta discriminación.
«Hay más de tres mil siriacos en Mardin y Midyat. No queremos que nuestra lengua de 5.000 años desaparezca», afirma el presidente de la Federación de Asociaciones Siriacas de Turquía, Evgil Türker, en declaraciones al diario «Vatan». «La razón por la que los siriacos dejaron de volver fue por el asunto de la propiedad de Mor Gabriel y porque no hay escuelas», asegura.
Otros miembros de la comunidad tienen reclamaciones diferentes. La ONG Unión Democrática Siriaca, con base en Suiza, exige que los nombres de las antiguas localidades siriacas anteriores a 1915 sean restituidos, al igual que, al hilo de las reformas del «paquete democratizador», se va a hacer con las aldeas kurdas. En aquel año se produjo el genocidio armenio, y los representantes de la minoría siriaca han asegurado siempre que su pueblo también sufrió enormemente como consecuencia de aquellos sucesos.
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