La nueva derecha italiana tras el fin de Berlusconi: entre el «traidor» Alfano y la hija de «Il Cavaliere»

Su final abre un nuevo escenario político: la fragmentación de una derecha italiana que Berlusconi había conseguido gobernar . Tres protagonistas encabezan esta batalla. Por un lado, Mario Monti, el también ex primer ministro, que abandera una coalición centrista con moderado apoyo electoral pero que es del agrado de los socios europeos, no en vano fueron éstos los que le auparon al cargo en 2011 al obligar a dimitir a Berlusconi.

Dos candidatos fuertes

No obstante, el papel de Monti parece desdibujarse en esta contienda. Su perfil político no lograría atraer un electorado mucho más extremo. Además, cada vez más voces apuntan a que su futuro podría estar lejos de Roma. Su nombre suena como el gran favorito de Angela Merkel para ocupar la presidencia de la Comisión Europea , en sustitución de Durao Barroso, que finaliza su segundo mandato, tras las elecciones europeas si la familia conservadora tiene la mayoría en la Cámara. Al respecto, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, Sergio Príncipe, apunta que «sea el que sea el futuro que le espera a Monti, su pequeño partido de centro quedará desdibujado . Políticamente son miembros muy tecnócratas y su presencia queda muy difuminada».

¿Y a quién votarán quienes apoyaron a Monti? Lo más probable es que busquen acomodo en la formación que podría liderar Angelino Alfano , y cuyo germen es el grupo de diputados del Pueblo de la Libertad (PDL) liderado por él que abandonaron a Berlusconi en el voto de confianza al Gobierno de Letta. Ese grupo podría formar ya un grupo parlamentario propio. En este sentido, Príncipe apunta a que podría tratarse de «un PDL a la medida de Alfano, redimensionado y con una imagen más centrista» . Independientemente de que las siglas pudiesen cambiar.

«Alfano, el hombre creado por Berlusconi, parece tener una estrategia propia. Aprovechar esta crisis política para "desberlusconizar" la derecha italiana y postularse como una alternativa. En cualquier caso, el debate está servido y la clave es "matar al padre"», apunta Príncipe.

Queda por saber qué harán los más fieles soldados de Berlusconi. La respuesta es «Forza Italia», el partido original con el que el magnate ganó sus primeras elecciones , que luego enterró para crear el PDL, y que refundó hace unas semanas, antes de que se produjese el conflicto con Alfano. El profesor de la Complutense apunta a que sería «un reducto de los más acérrimos defensores de il Cavaliere» .

Para liderar esa corriente vuelve a coger fuerza el nombre de Marina Berlusconi , que ha arremetido duramente contra la facción de Alfano: «Deben todo a mi padre y ahora lo apuñalan por la espalda» . La primogénita sería la mejor garantía para que Berlusconi siguiese condicionando la vida política en caso de que finalmente fuese expulsado del Senado y se viese obligado a cumplir bien un año de arresto domiciliario, bien un año de servicios sociales por su condena en el caso Mediaset .

Ella ha negado varias veces que ambicionase sustituir a su padre, pero tras los últimos acontecimientos no es descartable que quiera cobrarse su particular «vendetta». Así lo han apuntado recientemente los medios italianos. No obstante, otros análisis apuntan a que, después de haber sido elegida por su padre para gobernar Mediaset, no está tan claro que finalmente quiera enfangarse en la arena política . El futuro de «Forza Italia» podría depender de ello, de volver a contar con un líder carismático como Berlusconi. ¿Quién mejor que su hija?

¿Cómo afecta la situación a Letta?

Todos tratan de descifrar los movimientos de Alfano. ¿Cuál será su próxima jugada? Manteniéndose en el Gobierno y pactando con Letta logra estar en la recámara, tener una visibilidad pública que le permita construirse una imagen. «Cuando este trabajo esté hecho, el mejor, aunque traidor, discípulo de Berlusconi podrá retirar la confianza a Letta y venderse como el nuevo líder que Italia necesita», señala Príncipe, quien apunta que el camino de Alfano no será sencillo, pues la etiqueta de traidor que le impondrán los berlusconianos le pesará algún tiempo. Sin embargo, hay también quien opina en los ámbitos de la derecha italiana que Alfano es un «buen soldado», pero no podría ser un «buen general».

Aunque Letta ha superado la moción de confianza , la realidad es que, con la ruptura del PDL, la coalición de Gobierno no tiene la mayoría absoluta en el Senado. ¿Cuanto tardarán los fieles de Berlusconi en volver a retomar una postura de oposición frontal?

De momento parece que hay interés porque sea un gobierno estable , pero las coaliciones en Italia, a la larga, no suelen durar. La estrategia puede ser simple: dejar quemarse al primer ministro en la vorágine de la crisis. Entonces podrían no ser sólo los berlusconianos, sino también Alfano quien aproveche para distanciarse y abrir el camino a unas nuevas elecciones .

Sin embargo, poco a poco, Letta se está construyendo una imagen en el exterior y cierto respeto pese las condiciones tan duras en que debe desempeñar su tarea de gobierno. Desprende imagen respetable y de certidumbre. Poco a poco los medios le empiezan a ver con una potencial imagen electoral con opciones de victoria . Es decir, la caída de su Gobierno podría no ser su final. Eso dependerá, no obstante, del otro gran melón de la política italiana, y éste mucho más duradero: la crisis de la izquierda y la actual división del Partido Democrático . Habrá que ver si el centroizquierda consiente su candidatura o si apostarían por fin por Mateo Renzi, el joven alcalde de Florencia .

A efectos de gobernabilidad, tras la fractura del PDL, aunque se pierden los votos en las cámaras de los diputados que prefieren alistarse con Forza Italia, la mayoría política que maneja ahora Letta es menor, pero más cohesionada .

Suceda lo que suceda, parece que un cambio generacional se avecina en la política italiana . Enrico Letta (46 años), Angelino Alfano (43 años), Marina Berlusconi (47 años) o Mateo Renzi (38 años) representan una nueva era. Silvio Berlusconi ya es el pasado .