El Presidente de México presenta una reforma hacendaria de carácter «social»

Con esta reforma fiscal, incluida en el paquete económico 2014 y entregada a la Cámara de Diputados para su evaluación, el Gobierno espera recaudar 240.000 millones de pesos (14.000 millones de euros) adicionales el próximo año. Estos recursos se destinarían a la creación de un sistema de seguridad social y un fondo para el desempleo, afrontar los gastos de la reforma educativa (aprobada en agosto por el parlamento) e inversión en infraestructuras.

La propuesta, que Peña Nieto calificó como «social», descarta aplicar el IVA a alimentos y medicinas y elimina los impuestos Empresarial a Tasa Única (IETU) y a Depósitos en Efectivo (IDE), así como el régimen de consolidación fiscal, con lo que los grandes empresarios ya no podrán deducir de impuestos las pérdidas en otras firmas de su propiedad. Se pondrá en marcha una nueva Ley del Impuesto sobre la Renta que a las personas físicas aplicará una tasa máxima del 32 por ciento para ingresos superiores a 500.000 pesos (29.000 euros) anuales, así como una tasa del 10 por ciento a los beneficios por la compraventa de valores.

Entre los programas sociales a los que se destinarían los ingresos extraordinarios sobresalen la pensión universal para mayores de 65 años, por un equivalente a 60 euros al mes, y un seguro de desempleo para los parados que garantizaría el ingreso de un salario mínimo durante seis meses. «Estos dos esquemas de protección son componentes fundamentales del nuevo Sistema de Seguridad Social Universal, un anhelo largamente esperado por nuestra sociedad», dijo Peña Nieto al anunciar públicamente su plan.

Mientras, durante un mitin en el centro de la Ciudad de México, el líder de la izquierda radical, Andrés Manuel López Obrador, llamaba a la resistencia pacífica contra las reformas energética y fiscal (antes de haberse dado a conocer su contenido). Quien fuera dos veces candidato a la presidencia convocó a una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino para el próximo día 22. Esta movilización se sumaría a las de una pequeña facción del sindicalismo magisterial que, desde hace semanas, siembra el caos en las calles del Distrito Federal en oposición a la reforma educativa.