El parque nacional de Virunga, amenazado ahora por el petróleo

Víctima histórica de las luchas rebeldes en el Congo, la organización WWF denuncia las exploraciones petroleras previstas en esta reserva natural

El parque nacional de Virunga, amenazado ahora por el petróleo afp

EDUARDO S. MOLANO

A los gorilas de espalda plateada del parque nacional de Virunga, al este de la República Democrática del Congo, les ha salido un nuevo enemigo. Y esta vez no se trata de bestias en forma de rebeldes. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza ( ... WWF), las exploraciones petroleras previstas en la zona constituyen una sería amenaza para la reserva natural.

En 2010, un decreto presidencial concedía a la compañía británica Soco la exploración del Bloque V , que abarca un área de aproximadamente 7.500 kilómetros cuadrados e incluye una sección del parque nacional de Virunga. En este sentido, la petrolera niega que el proyecto sea una amenaza para el ecosistema.

Otros no parecen tan convencidos. «Virunga representa un activo valioso para el Congo y contribuye a la herencia de África como el parque más antiguo y de mayor biodiversidad en el continente», dice el informe de WWF. «Los planes para su exploración y explotación petrolera ponen su valor en peligro», añade.

De igual modo, la organización asegura que Virunga tiene el potencial para generar 45.000 empleos permanentes a través de inversiones en energía hidroeléctrica, la industria pesquera y el turismo ecológico, de acuerdo con un análisis realizado por la consultora Dalberg Global Development Advisors.

No obstante, las amenazas históricas que ha sufrido la reserva natural no se limitan a los intereses comerciales del petróleo.

Ya en 2010, un informe de Naciones Unidas - «La Batalla Final del Gorila» -, denunciaba que la violencia endémica que sufre la región de los Kivus podría provocar, a mediados de 2020, la total extinción de los gorilas que viven en la cuenca del río Congo.

Para muestra, un botón (biológico). Solo en 2008, año del repunte del conflicto congoleño, los rebeldes que operaban en la región (cerca de dos decenas de grupos armados diferentes) mantenían en su poder el 40% del parque. Sin embargo, no se trataba de una acción dirigida a hacerse con el control de los animales, sino que la zona -el cruce de caminos entre Uganda, Ruanda y el Congo- era un lugar estratégico para estas milicias.

Hogar de grandes simios

Fundado en 1925, Virunga es un entramado de fauna y flora exóticos. En sus más de 200.000 kilómetros cuadrados, conviven hasta tres especies de grandes simios. Precisamente, en el sector sur -históricamente el más amenazado por los rebeldes y que ocupa un área de 250 kilómetros cuadrados- habitan 200 de los últimos 790 gorilas de montaña que quedan en el mundo. El resto sobreviven en el parque nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi, en Uganda, vilipendiados en las últimas dos décadas también por otro grupo guerrillero, el mediático Ejército de Resistencia del Señor de Joseph Kony.

¿El temor? La desaparición de especies ya de por sí amenazadas. En 2009, el Instituto para la Conservación Natural del Congo ya denunció la total extinción de otro de los grandes mamíferos regionales: el rinoceronte blanco. En el horizonte, casos como el ocurrido en Angola, donde la población autóctona de elefantes fue masacrada casi hasta la extinción durante la guerra civil.

«Estamos profundamente preocupados por la seguridad de los animales, así como por nuestro personal», reconocía el pasado año Emmanuel de Merode, jefe del parque de Virunga.

Su nerviosismo no era extraño. En los últimos veinte años, cerca de 160 guardias de seguridad han sido asesinados en Virunga por los rebeldes hutus y tutsis que operan en la región.

Ahora, un rival más duro -el «oro negro»- parece ser la amenaza.

El parque nacional de Virunga, amenazado ahora por el petróleo

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